Las campanas de Notre-Dame de París resuenan desde el sábado. La catedral más conocida del mundo, sus torres, sus vitrales, han estado allí desde hace siglos, pero el incendio del 15 de abril de 2019 la condenó a un silencio de 5 años. Este fin de semana, Notre-Dame renació de sus cenizas, en una celebración solemne que comenzó cuando el arzobispo de París, Laurent Ullrich, golpeó con su báculo el gran portal de la catedral gótica. El templo más emblemático de Francia espera volver a recibir a millones de personas.
Las puertas de Notre-Dame se abrieron de par en par dejando ver el interior del templo, restaurado y resplandeciente, donde se encontraban más de 40 jefes de Estado y de gobierno. Entre ellos, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump y el ucraniano, Volodimir Zelenski, a quienes Emmanuel Macron colocó en primera fila. La lluvia también estuvo presente en esta celebración lo que obligó al mandatario francés a pronunciar su discurso en el interior del templo.
“Notre-Dame nos recuerda que nuestros sueños, incluso los más audaces solo se hacen posibles con la voluntad de cada quien y el compromiso de todos. La catedral nos recuerda que somos los herederos de un pasado mucho más grande que nuestras propias existencias y que puede desaparecer en cualquier momento”, dijo.
En esta ceremonia estuvieron presentes el cuerpo de bomberos que luchó contra las llamas en 2019, y representantes de los 2.000 artesanos que trabajaron durante estos últimos cinco años en la reconstrucción de Notre-Dame, quienes desfilaron por la nave central en medio de un largo aplauso. .
El renacimiento de Notre-Dame, limpia y completamente restaurada, se acompañó del “despertar” del Gran Órgano, el más grande de Francia, con sus 13 metros de altura y 3 siglos de antigüedad. El incendio no lo afectó directamente, pero fue necesario desmontar sus 8.000 tubos para limpiarlos del polvo de plomo.
La inauguración de la catedral el sábado por la noche finalizó con un concierto de música sacra y profana, donde brillaron el director venezolano Gustavo Dudamel, a cargo de la orquesta filarmónica de Radio France y numerosos artistas que se sucedieron, para celebrar a la catedral.