Por Martín Sperati
Se considera honesto y laburante privilegiado. Llegó a la legislatura santafesina de la mano de Agustín Rossi cuando tenía 31 años y con tan solo 33 se convirtió en el presidente más joven de la historia de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
Hoy es uno de los responsables de defender los proyectos del Poder Ejecutivo en su rol como presidente del bloque justicialista. Considera que “los dueños de las leyes no son los legisladores, es la gente”.
Hoy, en la radiografía Despacho Digital: Leandro Busatto.
Son las 10:30 de la mañana y ya tuvo varias reuniones en su despacho frente al palacio legislativo. Luce sencillo, amable, alcohol en gel en la mesa y porta en su mano una suerte de cinta celeste y blanca que la enrolla y la desenrolla con movimientos rápidos e involuntarios. El tono de su voz natural es elevado y firme, pero cuando habla de Lola y Juana (sus dos hijas) se vuelve suave, paternal y pausada.
Le gusta el pádel, el boxeo y sobre todo el fútbol. La actividad física para “quico” hoy está en semi pausa, como todas las actividades por la pandemia. Estar informado es parte de su rutina diaria. Desde temprano toma su teléfono y busca las tendencias. Hace zapping por radios locales y cuando le toca viajar a Rosario hace lo propio por varios medios de comunicación. Le inquieta la idiosincrasia del rosarino desde hace muchos años y por eso intenta empaparse en el día a día.
Tiene una nutrida agenda legislativa: Producción, ambiente y salud, son algunos tópicos que viene trabajando en Diputados al que considera que “está jugando en primera” por la composición del cuerpo.
Tiene por delante una tarea clave que es defender el ambicioso proyecto de Reforma de Seguridad de Marcelo Saín. Adelanta que va a ser muy importante contar con la norma y si bien, el articulado puede no contar con la total adhesión de la Cámara, cree que “nadie puede estar en contra de reformar” y afirma que la Ley “no va a chocar en Diputados”.
Cuando habla de Saín, divide su respuesta en dos partes: Por un lado la violencia urbana, la tasa de homicidios y las carencias en el plano preventivo; reconociendo que “falta ajustar”. Cuando habla de la verborragia del ministro, sostiene que a veces es “necesario porque sacude”. Por otro lado, coincide con Saín en la purga que propuso al comienzo de la gestión y celebra que el MPA, la justicia y el Ejecutivo vayan en la misma línea para terminar con el manto de sospechas instaladas con algunos miembros que la componen.
La relación con Omar Perotti es muy buena y con los ministros también. A Leandro lo ven como un diamante con futuro prometedor, querido por propios y respetado por la oposición. En el plano corto viene trabajando en un anhelo cuyo impacto va a ser positivo en el plano social: Convertir la Secretaria de Deportes en Ministerio.
Propicia el diálogo permanente y empuja para que el Ejecutivo tenga una mesa estable y permanente para consensuar leyes con la oposición con el objetivo de llevar respuestas a la ciudadanía.
Busatto tiene en su teléfono un receptor que quieren todos. Ese receptor se llama, Alberto Fernández, con el que tiene un ida y vuelta muy interesante. El mandatario nacional en algún momento dijo que “Santa Fe tiene todo para ganar”. Lo hizo en la feria nacional y popular cuando vino a Santa Fe. Desde entonces tiene la “bendición” del presidente.
Le dicen “quico” porque de pibe era “cachetón”. Hoy, ya un hombre consolidado, considera a la política como un camino de “resistencia y madurez”. Mesurado y aplomado se siente en el camino correcto y cuenta que le “pica” el vértigo de la gestión.
A Busatto le entusiasma el futuro. Sueña con una Santa Fe conectada, sin altos índices de violencia y con un desarrollo igualitario.