El equipo de Ezequiel Medrán dejó pasar una gran chance ante Estudiantes de Río Cuarto para ponerle punto final a la lucha por la permanencia. Ahora, deberá sumar sí o sí en lo que resta para asegurar la plaza en la Primera Nacional.
A poco más de ocho meses del comienzo del campeonato, Colón empieza a cerrar su segunda temporada en la Primera Nacional con un objetivo diametralmente opuesto a la meta trazada en el inicio de la misma: El regreso a Primera.
En el camino, el equipo del barrio Centenario sumó, hasta acá, 18 derrotas en 30 partidos, lo que claramente lo llevó a protagonizar la lucha de abajo y olvidarse de la pelea de arriba.
Con cuatro técnicos diferentes, un flojo plantel y un pésimo equipo, Colón nunca pudo hacer pie y se transformó en uno de los peores de la categoría, algo impensado para propios y extraños.
Por eso, no es casualidad que llegue a la recta final del torneo con la obligación de sumar como sea y donde sea para empenzar a respirar con cierta tranquilidad.
Una victoria ante Chacarita, hubiese servido para dejar fuera de carrera por la permanencia a Talleres de Remedios de Escalada -próximo rival- y casi out al CADU, pero la derrota volvió a plentear un serio interrogante de cara al futuro.
Ahora, Colón deberá afrontar el partido del domingo ante un rival directo, sabiendo que un traspié lo dejará tambaleando en la recta final, aunque los números -le lleva 9 al CADU y 11 a Talleres con 12 por jugar- le sigan dando un plus.

