El “Fortín” mereció un poco más, sobre todo por la ambición que exhibió en la segunda etapa. Fue el regreso de Mauro Zárate al José Amalfitani tras su decisión de mudarse al “Xeneize”.
En un encuentro friccionado, en el que el dueño de casa mereció algo más, Boca y Vélez igualaron 0-0 en Liniers, por el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de la Superliga. El jueves, desde las 21.10 en la Bombonea, se definirá cuál de los dos equipos accederán a las semifinales de la flamante competencia.
El partido estuvo condicionado por el ambiente alrededor de Mauro Zárate, quien regresó al José Amalfitani luego de su decisión de mudarse al “Xeneize” y resultó hostigado. Excepto por esos primeros minutos, Boca no pudo hacer pie y terminó conformándose con la igualdad. Sufrió la presión de Vélez y se vio forzado a intentar sin elaborar, apostando a la pelota quita o a los envíos largos. Pero defendió bien (con puntos altos en Andrada y Buffarini, quien anuló a Matías Vargas) y la consecuencia fue un duelo chato, en el que de todas formas el “Fortín” tuvo las mejores situaciones para convertir.
El clima se transmitió desde afuera hacia adentro. La efervescencia en las tribunas por la presencia de Mauro Zárate en el campo de juego se contagió a los futbolistas: el contexto de los primeros minutos fue el de un juego intenso, friccionado, en el que el delantero no se amilanó, pidió la pelota y buscó desequilibrar, mientras que la defensa adversaria le hizo sentir el rigor. Con ese impulso, Boca manejó mejor el balón, pero paulatinamente Vélez fue aceitando la presión. Y el duelo se hizo de ida y vuelta.
En la primera media hora, los dos equipos tuvieron una oportunidad bien concreta para abrir el marcador. A los 18 minutos, en un contragolpe express, Thiago Almada cedió para Vargas quien, cada a cara con Andrada, no decidió si gambetearlo o definir. Y terminó entregándole el esférico al arquero. A los 28′, tras centro de Zárate, Izquierdoz se impuso en las alturas y su cabezazo pasó cerca de la valla defendida por Hoyos.
En la segunda parte, Vélez se hizo dueño de las acciones, recuperando rápidamente la pelota a partir de su asfixia. Pero el buen manejo de la pelota en el toque no se tradujo en profundidad. Al conjunto de Gabriel Heinze le costó hacerse profundo para que su supremacía generara situaciones de gol. Así y todo tuvo dos posibilidades clarísimas para ponerse en ventaja. Al minuto, una arremetida de Leandro Fernández dio en el travesaño. Y a los 28, Galdames cabeceó a quemarropa y Andrada sacó el balón de un ángulo.
Gustavo Alfaro advirtió la situación y reunió a Tevez y a Zárate (se desdibujó en el complemento) para generar preocupación y condimentar el contraataque. Sin embargo, sólo encontró como única vía el ataque directo, a través del pelotazo. Encima, perdió a Ramón Ábila por lesión -terminó Mauro como 9-. Pero el asedio del “Fortín” continuó. Lo tuvo Barreal, pero el remate le salió bien ubicado, pero débil, y Andrada volvió a responder. Y a los 40′ Nicolás Domínguez volvió a sacudir el travesaño.
El partido se extinguió sin goles. Y todo se definirá en la ribera, donde Zárate será recibido de otra manera, pero Vélez contará con la ventaja de que un gol en condición de visitante podría volcar la serie en su favor.