Los funerales nacionales se realizaron en la ciudad de Cabo Haitiano. El ataúd, cubierto por la bandera nacional y la banda presidencial, fue expuesto en una explanada adornada de flores y custodiado por soldados de las Fuerzas Armadas.
Los funerales nacionales del asesinado presidente de Haití, Jovenel Moise, se realizaron en la ciudad de Cabo Haitiano, con una ceremonia bajo fuertes medidas de seguridad en un país aquejado por la violencia y la pobreza.
La ciudad del Departamento del Norte de Haití amaneció en relativa calma, aunque con un importante despliegue de policías en las calles, tras un día de tensiones.
Moise, asesinado el 7 de julio a sus 53 años por un comando armado en su domicilio de la capital, Puerto Príncipe, era originario de la región vecina a la de su lugar de entierro, también en el norte.
Su ataúd, cubierto por la bandera nacional y la banda presidencial, fue expuesto en una explanada adornada de flores y custodiado por soldados de las Fuerzas Armadas de Haití.
La viuda del presidente, Martine Moise, quien resultó gravemente herida en el ataque nocturno contra su marido, estaba presente en Cabo Haitiano, con el brazo en cabestrillo tras ser atendida en un hospital en Florida, al sur de Estados Unidos.
La viuda llegó acompañada por sus hijos y un importante dispositivo de seguridad. Ante el féretro se retiró la mascarilla y besó la bandera que cubre el sarcófago.
Representantes de delegaciones extranjeras, del cuerpo diplomático y miembros del Gobierno presentes en el lugar se turnaron para ofrecerle el pésame, en un funeral abierto que podía ser visto por los dolientes desde grandes pantallas desplegadas alrededor, informó la agencia de noticias AFP.
Hasta el momento, 26 personas -la mayoría colombianas- fueron arrestadas por su implicación en el complot, que según la policía fue organizado por haitianos con ambiciones políticas y vínculos fuera del país.
Pero el caso sigue siendo turbio y hay muchas preguntas sin respuesta, como por ejemplo por qué ningún miembro del destacamento de seguridad presidencial resultó herido en el brutal asalto.
Los haitianos han expresado su desconcierto ante el hecho de que aquellos que se suponía debían garantizar la seguridad del presidente hayan fallado de una forma tan evidente. Haití está azotado por la inseguridad y las pandillas, algo que se agravó durante la presidencia de Moise.
La crisis política del país
Haití actualmente no tiene un Parlamento en funcionamiento y cuenta solo con un puñado de senadores electos, ya que los mandatos de la mayoría expiraron. El Gobierno interino del primer ministro Henry, instalado esta semana no tiene presidente, por lo que tendrá que convocar a elecciones. Esa fue una de las condiciones que le impusieron los representantes de las potencias internacionales que le dieron su respaldo.
Moise había gobernado Haití, el país más pobre de las Américas, por decreto después de que las elecciones legislativas previstas para 2018 se demorasen tras múltiples disputas.
Fuente: Telam