Bonfatti, Perotti y Corral expusieron sus ideas al electorado de cara a las generales del domingo 16 de junio. Dos horas de un pálido encuentro y con la preocupación de no cometer errores.
Por Martín Sperati
El debate entre los tres candidatos a Gobernador de Santa Fe, que se emitió por televisión este sábado, tuvo pocos momentos de tensión, tal vez, preocupados por no cometer errores. A simple vista, no se percibió un ganador y dejó la sensación con gusto a poco: no hubo debate.
Si buscamos en el diccionario la palabra “debate”, refiere a “un acto de comunicación o discusión en la que dos o más personas opinan acerca de uno o varios temas y en la que cada uno expone sus ideas y defiende sus opiniones e intereses”. Sin lugar a dudas, este concepto faltó en el encuentro que protagonizaron Bonfatti, Perotti y Corral en la ciudad de Rosario.
A la vista, el debate se pareció más a spots de campañas que a un contrapunto entre proyectos políticos diferentes. Hubo exposiciones y cuestionamientos tibios entre sí con ausencias de respuestas del otro lado: El debate fue sin intercambios y predominó el casete.
Antonio Bonfatti y Omar Perotti no fueron decididos a buscar el partido. Se preocuparon por no cometer errores y trataron de defender la intención de votos. José Corral lo intentó con propuestas y se explayó en cada eje sin mencionar una sola vez a Mauricio Macri y omitiendo las políticas aplicadas por su gobierno.
El mano a mano era evidente, los dos favoritos para los comicios del domingo se cruzaron en un par de temas (siguiendo al pie de la letra sus guiones), ignorando las palabras del actual intendente de Santa Fe. Sin embargo, las respuestas nunca llegaron y ordenaron sus exposiciones casi como para una publicidad de campaña.
De acuerdo al esquema pactado entre los organizadores, el cierre de dos minutos para cada candidato tampoco provocó sobresaltos. Las exposiciones estuvieron cargadas de eslóganes y de interpretaciones a la audiencia y al electorado, que en una semana definirá a quien elige.