Por Martín Sperati
Emerge una camada de mujeres con vocación política. Amiga del diálogo y de la construcción social. Defiende el ejercicio de la política como elemento ordenador de las cosas. Fustiga contra la “modorra burocrática” y le preocupa la forma de gestión basadas en los “titulares mediáticos”.
Hoy en la Radiografía Despacho Digital: Lionella Cattalini
Se anuncia en la recepción y va al encuentro muy amable. Agua mineral, celular en silencio y comienza (con su muy buena oratoria) a desplegar los conceptos de lo que ella cree es la política. Le sale por los poros trabajar por la igualdad real entre mujeres y hombres; por propiciar una mirada joven e inclusiva y por ampliar las nuevas formas de participación social.
Ocupar una banca en la Cámara de Diputados y Diputadas no es casualidad para Lionella. Desde el 2016 y hasta el 2019 formó parte del gabinete del municipio de Rosario donde fue referente en la coordinación de acciones del Plan Abre, modelo que contempló la agenda social de los grandes centros urbanos y sus áreas metropolitanas.
Ese fue el bastión que la hizo llegar al ala derecha de la Legislatura santafesina, sumado a la “bendición” de Miguel Lifschitz, máximo referente del espacio que no dudó en incluirla en la nómina de la Cámara Baja. Cuentan por ahí que “le tienen mucha fe” como legisladora y “como algo más en el futuro”, suerte que dependerá exclusivamente de su performance: las miradas están.
No es casual que el primer año como diputada haya sido una de las oradoras que defendió la Ley de Paridad de Género. Amiga del diálogo y de la construcción social, sostiene que “Si no empatizamos con la gente, es difícil hacer política”.
El micrófono se prende y se apaga. Cuando se apaga, se da lugar a tomar pequeños sorbos de agua, pero no abandona el hilo del diálogo. Cuando mira su espejo retrovisor, observa su recorrido de militancia en la agrupación Defendamos Nuestra Identidad (DNI), rama del partido socialista en la Universidad de Rosario, espacio que la vio graduarse como profesional del Derecho Penal.
Cuenta que uno de sus referentes fue Hermes Binner al que califica como “Estadista en la política”. También habla del incansable Miguel Lifschitz al que lo ve con una “capacidad de diálogo muy grande”.
Es presidenta de la Comisión de Derechos y Garantías e integra las comisiones de Laborales, Seguridad y la Bicameral de Acuerdos. Su agenda legislativa hoy la tiene ocupada con una nueva ley de alquileres, en seguir peleando por la equidad de géneros y en la coyuntura que tiene a maltraer la crisis que viene generando la pandemia del coronavirus.
Considera que es necesario el diálogo entre las partes, por eso pide que Marcelo Saín (actual Ministro de Seguridad) los convoque a una gran mesa para discutir los problemas de inseguridad. Se anima a decir que “los santafesinos estamos pagando más un opinólogo que un ministro”, al tiempo que admite el respeto hacia el titular de la Cartera de seguridad.
Cuando habla de la administración de Omar Perotti, admite que le “preocupa los titulares mediáticos” como base de su administración y rezonga con la “modorra burocrática” que ve en la actual gestión frente a los problemas que necesitan soluciones ágiles y creativas.
Para Cattalini se perdió un año escolar: “la educación es transversal”. En ese sentido, la diputada cree que “la política tiene que escuchar realmente lo que pasa”. La conmueve la pobreza y lanza: “Me duele cuando no se cumple el Plan Abre”, programa cuyo objetivo es el sostén de vecinos y vecinas que viven en barrios vulnerables.
Quizás su leitmotiv sea trabajar en proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas. Este año fue puro vértigo para Lionella. Cuenta que la “Ley de Paridad de Género la va a llevar en el corazón“.