Por Martín Sperati
Es inquieta, habla rápido y tiene vocación por tratar de conectar los problemas con la solución. Oriunda de Rafaela, sabe de militancia, de caminar las calles y de promover el trabajo en equipo. Flamante abogada y diputada provincial. Se llama Gisel Mahmud y afirma que viene con intención reformista. Su estrella protectora dice que es “oro puro”. Esa estrella se llama, Miguel Lifschitz que ve en ella mucho tesón y futuro.
Todos los días se abre la puerta de su despacho a metros de la legislatura santafesina y comienza su trabajo. Dice que peleó mucho por estar allí y agradece el consentimiento de Miguel al que califica como gran ajedrecista político.
Su agenda es muy clara: pelear por la ESI (Educación Sexual Integral) para que “nuestros niños, niñas y adolescentes” puedan contar con herramientas concretas para erradicar el lenguaje machista, entre otras cosas.
Además, promete trabajar en una Ley de Paridad de género para terminar con la brecha entre hombres y mujeres. En su condición como abogada, pretende volcar sus conocimientos jurídicos para contener a mujeres víctimas de violencia de género, tanto en el ámbito laboral como la posibilidad de que las víctimas puedan contar con herramientas financieras con el objetivo de que tengan su propio hogar.
También quiere imponer una agenda con una mirada hacia las juventudes “que son el presente y el futuro de este país”. Algo que ve con buenos ojos el ahora presidente de la Cámara de Diputados.
Mahmud, toma café y lo hace con pequeños sorbos y a buen ritmo. Está atenta a todo lo que pasa a su alrededor y va y viene con los tópicos sin dejar nada abierto. Le gusta interiorizarse con todos los temas que atraviesa la realidad y fustiga cuando el sentido común se utiliza poco, sobre todo en estos momentos de pandemia.
Actualmente tiene 46 proyectos presentados en la Cámara de Diputados, un muy buen número si analizamos que 30 de ellos son de Ley.
Integra las comisiones de medio ambiente y recursos naturales y, Cultura y Medios de Comunicación. Dice tener un correcto diálogo institucional con las demás fuerzas políticas en la construcción de consensos, al tiempo que pide que todas las leyes sancionadas prosperen en la Cámara de Senadores.
A la hora de hablar de la administración Perotti “le preocupa que sea un gobierno cerrado” y no ve acciones concretas de gobernabilidad en el futuro inmediato.