Martín Sperati
Todas las personas en nuestro país tienen derecho de participar en política sea militando o en cargos. Pero un fenómeno que se viene advirtiendo desde hace años, es que determinados sindicatos, están encolumnados por sus “transitorios dirigentes” detrás de gobernantes de turno o de sus partidos políticos.
Se han observado casos de sindicatos, cuyos dirigentes se muestran, cada vez que pueden hacerlo, en fotos o reuniones con un mismo político o con un partido de determinado signo.
Casos de organizaciones sindicales, que prestan sus instalaciones a esos políticos o a su partido, para hacer actos, para lanzamientos de campañas, y han llegado a desarrollar en el propio gremio hasta cursos de formación política partidaria.
Esto es, sin lugar a dudas, el peor error de un gremio.
Estas conductas erradas de algunos sindicalistas, sólo terminan condicionando a la propia organización sindical; destruyen la independencia del sindicato en relación a políticos o a espacios partidarios; y terminan distorsionando las funciones, como las finalidades que tiene una organización sindical.
A veces, desde algunos sindicatos, se olvidan que dentro de sus filas existen afiliados que son afines al peronismo, al radicalismo, al socialismo, a la izquierda, incluso muchos son apolíticos.
¿Qué ganó la clase trabajadora con ese inútil posicionamiento gremial en nuestro país? ¿Qué nuevos derechos, conquistas o logros se alcanzó para los más vulnerables, los jubilados y los trabajadores? Por ejemplo: ¿Se logró bajar la pobreza? ¿Se sustituyeron los planes sociales por trabajo genuino? ¿Se mejoraron las jubilaciones y prestaciones médicas de nuestros abuelos? ¿Se pudo reducir el trabajo no registrado? ¿Se logró eliminar la cuarta categoría del impuesto a las ganancias? ¿Se lograron mejorar las condiciones dignas de trabajo? Nada de eso pasó; claramente, al pueblo no lo benefició.
Quizás desde algunos espacios gremiales oficialistas se lograron algunas candidaturas para ciertos dirigentes, pero para la gente nada.
En Santa Fe y en el país se está viendo una dirigencia sindical menos combativa. De Enero a la fecha por caso, los trabajadores Estatales santafesinos sólo van a recibir un bono de $3.000, lo que representa algo así como $400 por mes. En otra época los gremios, con independencia de la actual situación de pandemia, hubieran alzado la voz y el reclamo hubiese sido mucho más efervescente.
Estamos claros que las cosas que no ocurren son contrafácticas, pero estoy seguro que si al frente de batalla hubiese estado Mauricio Macri o Miguel Lifschitz en Santa Fe, las condiciones hubiesen sido totalmente opuestas.
Los gremios santafesinos están muy callados. Sólo un puñado de dirigentes se muestran combativos y hacen honor a su rol como representante de los trabajadores.
Esto no me convierte en macrista o lifschitzta. Cuento y analizo lo que veo, lo que pasa y transmito el desánimo de miles de trabajadores que ven con impotencia que sus representantes defienden a vaya saber quién.
No entiendo la definición de sindicatos oficialistas. ¿Oficialista y opositora de qué? Pareciera ser del gobierno de turno.