El proceso demoró 4 años y en plena cuarentena la Justicia agilizó los trámites para declararlos como parte de la nueva familia.
Mariana (44) y Matías (51) Cifuentes se casaron hace 17 años. Ella es diseñadora y él es músico. Soñaban con ser padres y habían intentado tener hijos propios, hasta que perdieron un embarazo. Ambos decidieron no seguir buscando hijos por esa vía sino adoptar.
La familia vive en Palermo pero por la cuarentena se mudaron a la casa de un familiar donde hay un gran jardín. Mariana y Matías vivieron 17 años juntos, hasta que se les presentó la oportunidad de adoptar a los cinco menores. Se trata de dos chicas, de 16 y 13 años, y tres chicos de 8, 9 y 11 años que desde el 2016 quedaron al cuidado del Estado, ya que ni sus padres biológicos ni sus familiares podían hacerse cargo de ellos.
Hace pocos días la Justicia Civil llevó adelante la audiencia mediante una plataforma virtual: Zoom, en la que se dictó sentencia firme sobre el destino de los chicos. “¡Ya somos Cifuentes!”, postearon en la cuenta de Instagram tras conocer la novedad.
– UDP: ¿Cuándo ingresan los chicos a su hogar?
– Mariana: Hace un año y medio.
– ¿Y cómo fue ese primer día?
– Matías: Cuándo las conocimos a las más grandes, estaba nervioso y esperando afuera del consultorio hasta que llegó Mariana. Nos hicieron pasar, estaban con la psicóloga y nos dimos un abrazo prolongado que me llegó al corazón. Salimos emocionados totalmente convencidos que queríamos seguir. Al día siguiente fue el encuentro con los chicos y, apenas abrimos la puerta del consultorio, saltaron diciendo “papá, mamá”. Sinceramente en ese momento me rebotó el “papá”, porque no me sentía.
– El momento de la convivencia ¿Cómo fue?
– Matías: Los recibimos con una fiesta con nuestros parientes. Con Mariana no estábamos acomodados. Los primeros tiempos los varones durmieron en el living. Los primeros días fueron intensos, ellos venían bastante golpeados de tiempos duros que habían pasado en hogares. Lloraban mucho y al mismo tiempo estaban felices.
Ellos fueron entendiendo lo que es una familia, el respeto y la higiene. Estaban acostumbrados a golpearse y en los hogares a hacerse respetar físicamente.
– ¿Qué le dirían a las personas que buscan adoptar?
– Mariana: En realidad, el principal problema que tenemos es que nos anotamos para adoptar a chicos que sean bebés y la realidad es que cuando transitamos el proceso, hay chicos que tienen más de seis años. Ahora con el diario del Lunes podemos decir que no me arrepiento para nada y me volvería a anotar para adoptar a chicos no tan chiquitos.
– Matías: Hay bastante gente que quiere adoptar y hay muchos chicos en los hogares. En el medio hay algo legal que traba todo que es la burocracia. La infancia de los chicos está perjudicada, porque se la pasan en los hogares. Muchos padres están anotados hace 5 años y aún no los han llamado. Les diría que se acerquen y vayan a las convocatorias públicas, que te explican todo.
– Muchas veces renegamos de la Justicia, en este caso ¿que podemos decir de la Jueza, Agustina Díaz Cordero?
– Matías: ¡Maravillas! Ella se puso el caso al hombro y en tiempo de cuarentena reabrió el caso y lo siguió. Tan fanática de su trabajo, que la noticia de la sentencia nos la dio un sábado a las cinco de la tarde, no esperó hasta el lunes porque tenía mucha ansiedad.
– Necesitamos el Poder Judicial más humanizado…
– Mariana: Totalmente. No por los adultos, porque entendíamos que había una pandemia en el medio, pero la ansiedad que tenían los chicos adentro y cambiaron por esto que pasó. Están más estabilizados.
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