Por Martín Sperati
Lo primero que voy a decir es que como periodista que toma recaudos no me voy a jugar por un lado o por el otro. El fin de semana pasado el trabajador de medios, Coni Cherep ventiló a través de un artículo que el gobernador, Omar Perotti hizo uso de su cargo para vacunar a parte de su familia.
La respuesta no tardó en llegar: el propio gobernador salió a desmentir la noticia que tomó estado nacional y prometió demandar al periodista por “injuriar” a su persona. Perotti se sintió tocado y como todo gringo de carácter, lo mejor es que no se enoje.
Con independencia del ida y vuelta, que se hizo por los medios, supongo que el periodista deberá tener algún respaldo objetivo para acreditar sus dichos. Del mismo modo, el gobernador deberá demostrar que no hizo uso de su condición como jefe de estado provincial para favorecer a su familia en la aplicación de la vacuna. Si esto avanza en tribunales, deberá resolverlo la justicia.
Una vez que esto suceda, tomaré posición. En principio si Cherep tiene razón, sería un golpe institucional muy grande. Si Cherep no tiene razón, saldré a repudiar – como corresponde – el mal uso del ejercicio del periodismo. Pienso que para todo hay un límite. Por eso quiero esperar.
El gobernador deberá acreditar y sostener con contundencia su postura a través de evidencia objetiva. En definitiva se trata de una circunstancia incómoda para el rafaelino.
INDIGNADO
Desde el entorno del gobernador indicaron a Despacho Digital que Perotti sigue negando “semejante disparate” y que está dispuesto a someter a la familia a los estudios de anticuerpos de la vacuna para acreditar su postura y “limpiar su buen nombre“.
Mencionaron que el rafaelino no quiere aleccionar a nadie a través de la justicia, pero sí dejar en evidencia y que “quede clara”, lo que consideran una conducta dolosa – tramposa – del periodista Coni Cherep.
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