La pobreza no se soluciona con planes sociales

La pobreza no se soluciona con planes sociales

El comentario de Martín Sperati en Un día Perfecto.

Anoche publiqué en mis redes sociales una foto que ilustra un cartel que fue pegado en los espacios de publicidad de la ciudad de Buenos Aires. Estos carteles decían: “Gracias Presidente por el bono a las y los trabajadores de la economía popular”.

Me llamó la atención porque de ningún modo se puede festejar el recibimiento de bonos, subsidios o dadivas, más bien se debe festejar el trabajo conseguido.

Es como romantizar la pobreza. Hay sectores que permanentemente romantizan la pobreza, la misma que administran. Son como grandes pymes.

La Argentina tiene un problema de índole estructural muy severo como para andar festejando un bono. Por eso, si la única salida a la guerra contra la inflación va a ser el asistencialismo, estamos condenados.

Para entender que esto no soluciona el problema de fondo, al contrario lo complejiza, basta con observar la historia reciente: Raúl Alfonsín lanzó las cajas PAN. Carlos Saúl Menem agregó planes sociales, con políticas más focalizadas. Fernando de la Rúa buscó tercerizar la administración de los planes en determinadas organizaciones, pero también amplió el número. Eduardo Duhalde ofreció su plan para jefas y jefes de hogar desocupados. Néstor Kirchner partió de esa base y ofreció créditos y microcréditos, mientras Cristina Kirchner agregó la asignación universal por hijo, entre otros muchos programas de ayuda. No conforme con esto, Mauricio Macri también los amplió, entre otras propuestas, con una asignación universal por hijo para los monotributistas.

Y Alberto Fernández le asesta el golpe final con una serie de bonos, tarjeta alimentar y una mesa contra el hambre que ni arrancó.

Treinta y pico de años con una misma política que pasó de mano en mano por diferentes gobiernos. Cada uno de ellos los agravó.

El problema no se soluciona con planes sociales, sino en el funcionamiento de la economía. Es cierto que no existe la teoría del derrame y que le vaya bien a ciertos sectores como el agro, la minería o el sector financiero, que generan divisas pero no derraman riqueza al resto de la sociedad.

Hay que cuidar a los sectores como la construcción, el área textil y ofrecer microcréditos para que surjan microemprendedores.

Si realmente quieren ascenso social de los más postergados, en lugar de tirar planes sociales, tiren una escalera.

Y los empresarios no son los ricos. Empresarios podemos ser todos. Basta estar alerta en el mercado para descubrir las oportunidades de inversión. Pero si los reventas a impuestos para mantener la estructura del estado, estamos sonados.

Hay que entender que el equilibrio fiscal nos va a sacar de la inflación y la deuda. Hay que entender que con estabilidad monetaria y menor presión tributaria los emprendedores encontrarán proyectos que pueden dar empleos. La política de planes es el problema, no la solución.

Hay que dejar de expandir planes. Busquen flexibilizar la legislación laboral sin sacar los derechos a los trabajadores. Bajen impuestos. Abran la economía para generar competencia. Corrijan el atraso cambiario. Y dejen de despilfarran la nuestra.

Las cadenas productivas son las únicas que pueden corregir el flagelo de la pobreza. Las cadenas impositivas y laborales evitan que la producción pueda desarrollarse. Se necesita tomar un par de manuales básicos de economía y finanzas públicas a los que por décadas ustedes, la política, les dio la espalda.