Por Martín Sperati
El escándalo por la vacunación vip a nivel nacional que terminó con la decisión del presidente, Alberto Fernández de eyectar del Ministerio de Salud de la Nación a Ginés González García, es sólo la punta del iceberg de una olla a presión que promete destapar y dejar en evidencia a varias jurisdicciones que mal administran las dosis de las vacunas que escasean en la República Argentina.
Santa Fe no escapa, lamentablemente, a las prácticas “amiguistas” en el reparto de vacunas. Por caso, un ejemplo fue la aplicación de dosis a personas con “contactos” en la política en la localidad de Arroyo Seco, ciudad del Departamento Rosario. Allí, autoridades admitieron que fueron vacunados al menos 3 funcionarios políticos y 6 0 7 administrativos.
En las investigaciones, que luego va a ventilar Despacho Digital, hay una veintena de personas que pasaron por el CEMAFE de la ciudad de Santa Fe a aplicarse la vacuna rusa. Esas personas pertenecen al ministerio de salud de la provincia, en la que se trata de personal administrativo de la repartición pública.
Estas actitudes generan un gran repudio en las y los ciudadanos de la provincia, porque entonces estamos ante personas de clase A y personas de clase B. Las de clase A son los amigos de la dirigencia política y las de clase B somos los que pagamos los impuestos y esperamos en la fila para acceder a la vacunación.
La provincia diagramó un esquema de vacunación bien marcado: personal de salud, personas mayores, docentes, seguridad y luego, comenzará la aplicación masiva al resto de los grupos. Sin embargo, los privilegios hicieron que personas que tienen un cargo público puedan acceder sin atajos a la tan ansiada vacuna.
¡Indignante!
Martín Sperati.
