Así lo relató, Ariel Moreira argentino que vive en la India hace dos años y le toca pasar la segunda ola con un impacto devastador.
En India viven 1.400 millones de personas, una sexta parte de la población mundial. Con más 300.000 casos y 3.000 muertes al día ahora mismo, ya acumula más de 218.000 fallecidos en total.
La virulencia de la segunda ola parece estar vinculada a varios factores: una complacencia gubernamental marcada por una pobre recolección de cifras y una negación de la realidad de las mismas, una nueva variante con una gran curva creciente y la celebración de eventos políticos y religiosos masivos sin regulación.
“Los números son grandes por la proporción de habitantes que hay en el país“, comenzó relatando Ariel Moreira al programa Un día Perfecto de SOL 91.5 que hace dos años se encuentra en el país, oriundo de la provincia de Córdoba. “En las grandes ciudades la gente vive hacinada. Una amiga vecina me contó que publicó en sus redes sociales “hoy nos levantamos respirando nuestros muertos” porque estaba toda la ciudad llena de cenizas por las cremaciones masivas”.
En marzo de 2020, la pandemia explotó, casi al mismo tiempo que en la Argentina. Desde entonces, cerraron las instituciones educativas, se suspendieron las clases presenciales y hay toque de queda nocturno: “A la gente le cuesta acatar las restricciones, andan sin tapabocas por las calles y ahora está permitido casarse, porque es temporada de casamientos, con presencia de hasta 20 personas”, explicó Moreira.
Los contagios se fueron incrementando porque hubo un festival religioso con 3 millones de asistentes y, además, hay elecciones… todos factores que fomentan que el virus se esparza.
India es la quinta economía más grande del mundo y contribuye significativamente al crecimiento mundial. Tiene tasas de crecimiento relativamente altas (entre el 4% y 8%) y una gran extensión territorial. Otro punto es el índice de analfabetismo, cercano al 25% de la población. “Hay mucha gente que no respeta las reglas porque no entiende lo que pasa, y no porque no quiera cumplir. La gente escupe en público, para ellos no es de extrañar”.
Ariel contó que el colapso sanitario es gravísimo y no sólo no hay camas disponibles en los hospitales: “Tampoco se consiguen tubos de oxígeno“. Hasta hace poco, podían permanecer en sus hogares conectados a una máscara para poder respirar, con lo cual ni las personas que tienen dieron pueden contar con ese elemento.
India tiene recursos. Si quiere salir a comprar vacunas u oxígeno o más camas para terapia intensiva, puede hacerlo. Ese es el contraste con la Argentina, que está librada un poco a sus posibilidades. “Uno no puede abstraerse de la realidad, pero trato de que no me afecte psicológicamente. Las balas caen cada vez más cerca”, relató Moreira.
La industria farmacéutica en India es la tercera más grande del mundo en términos de volumen y la decimoprimera más grande en términos de valor. Contribuye al 3,5% del total de medicamentos exportados globalmente y alrededor del 20% de las exportaciones de medicamentos genéricos. Con respecto a los testeos, el país indio testea solamente a las personas con algún síntoma.
