El tesorero de la Cámara de gimnasios de Santa Fe, Ernesto Capózzolo pidió que las autoridades evalúen la posibilidad de flexibilizar la actividad del sector.
En épocas de coronavirus y aislamiento obligatorio, las puertas de los gimnasios están cerradas y las máquinas, paradas. Las clases de gimnasia online y las rutinas para mantenerse en ejercicio se expanden a través de las plataformas digitales y son el nuevo boom de los gimnasios, aunque no es lo mismo: lo presencial es vital, no sólo para corregir los ejercicios, sino para generar vínculos y ampliar las redes personales.
El 2020 llegó con un enorme desafío para la humanidad. No sólo se debe enfrentar a un virus para el cual no hay vacuna sino que también a los temores, angustias y estrés que provoca tanto la pandemia como las medidas preventivas de aislamiento.
Entre todas las actividades que se han visto afectadas por estas circunstancias se encuentra el impedimento para realizar actividad física al aire libre o en gimnasios, lo cual, muchas veces funciona como válvula de escape para mantener nuestro cuerpo y salud mental en armonía.
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Ernesto Capózzolo, tesorero de la Cámara de Gimnasios de Santa Fe remarcó la importancia de realizar actividad física para preservar la salud al tiempo que advirtió la preocupación del sector por no poder facturar a consecuencia de las medidas adoptadas por el gobierno nacional.
“Apuntamos a los beneficios en la salud de nuestros asociados y estamos preparando un protocolo para que nos permitan de manera gradual volver a trabajar“, dijo Capózzolo en diálogo con el programa Un Día Perfecto.
La pandemia del coronavirus le pegó muy fuerte al gimnasio, no solo por la cuarentena sino por que han sido identificados como focos de infección para que el COVID-19 se propague, debido a que estos lugares están llenos de sudor.
Las medidas de seguridad e higiene que prepara el sector va en el sentido de que cada persona se lleve dos toallas: una para uso personal y otra para limpiar los elementos utilizados. La higiene de manos al ingreso y el uso de botella de agua individual, como factores claves. El protocolo también habla de un cupo de personas tal como trabajan los supermercados y turnos de dos horas: una hora y media para entrenar y, el resto para desinfectar el local.
“Mucha gente va a tener miedo al momento de volver al gimnasio. Estamos afectados un 100%. Algunos implementan sistemas de clases online, pero es una cosa muy marginal y con poca incidencia“, remarcó el representante de gimnasios de Santa Fe.
“Consideramos que el gimnasio es un negocio de salud, por lo cual es mucho más esencial que muchas actividades“, enfatizó Capózzolo al tiempo que acentuó la necesidad de estos espacios debido a que “mucha gente necesita hacer rehabilitación o tiene algún problema de salud y necesita concurrir al gimnasio“.
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