La socialista reclama el lugar por haber encabezado la lista, pero el gobernador electo impulsa a Fabián Bastia y Corral se sube a la disputa, aunque podría desembarcar en el gabinete.
Con redacción de la Política Online.
La presidencia de la Cámara de Diputados de Santa Fe, un lugar relevante para la política provincial, detonó una guerra fría entre los distintos sectores que integran el armado del gobernador electo, Maximiliano Pullaro.
No es un puesto menor al punto tal que una vez cumplido los mandatos como gobernadores, los socialistas Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz ocuparon el lugar con la intención de volver al Ejecutivo cuatro años después. Bonfatti perdió contra el peronismo en 2019 y Lifschitz falleció tempranamente de covid cuando ejercía el cargo. Perotti trató de seguir le camino de sus predecesores, pero no le alcanzó los votos.
En consecuencia, la presidencia de la Cámara Baja se convirtió en objeto de una disputa subterránea que terminará resolviéndose luego de que se fijen los lineamientos del gabinete que está armando el gobernador electo.
Sin embargo, los principales actores de la cinchada ya se conocen. Por un lado, la socialista Clara García, quien reclama el lugar por haber ganado la interna de esa categoría y, por lo tanto, quien encabezó la lista en las generales, aunque ya hay objeciones de su nombre para presidir la Cámara.
Es que García cosechó poco menos del 60 por ciento del millón de votos que sacó Pullaro para la gobernación gracias a que el radical se puso al hombro la campaña luego que en las PASO la lista de Diputados quedara a menos distancia de Perotti de lo que esperaban.
La estrategia dio resultados y por eso, según pudo conocer LPO de fuentes al tanto de las negociaciones, el gobernador electo tiene la intención de impulsar a Fabián Bastia a la presidencia, legislador de su mayor confianza. Pullaro aún no mostró esa carta, hay tiempo.
Al mismo tiempo, el radical José Corral, que fue candidato de Pullaro en la interna de Unidos, quedó detrás de Clara García por tan solo el 0.1%, y, por lo tanto, también reclamará la presidencia de la Cámara.
De hecho, previo a las elecciones generales, Corral mantuvo una reunión secreta con Amalia Granata y su marido, Leo Squarzon, en la casa de la periodista en Nordelta donde charlaron sobre la presidencia de la Cámara, cena de por medio, donde Corral llevó el vino y Squarzon preparó flan casero.
Tanto Granata como Corral coincidían en objetar que la presidencia de Diputados sea ocupada por la socialista Clara García y a partir de allí comenzó la estrategia para acercar posiciones porque el bloque de Amalia será clave para definir el tema. El contacto entre Squarzon y Corral la hizo Emiliano Yacobitti y por ello, se sospecha que Pullaro estaba al tanto del viaje del ex intendente santafesino.
En ese sentido, la campaña de Amalia, que no presentó candidato a gobernador propio, estuvo en sintonía con la de Pullaro desde la interna con Losada donde, entre otros cuestionamientos, la panelista denunció públicamente a la candidata de utilizar un avión privado que generó un escándalo por esos días. A partir de allí, la relación con el gobernador electo fue óptima y la semana próxima mantendrán una reunión, no se descarta que Granata pueda poner a alguien de su confianza en el gabinete, dijeron fuentes cercanas.
En el armado de Pullaro no descartan que Corral desembarque en algún cargo en el futuro gabinete y de paso, significaría un gesto para la presidenta del Concejo Municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck, principal aliada de Javkin en la ciudad, que colaría a su secretario, Germán Scavuzzo, si se libera una de las 28 bancas que consiguió Unidos.
Como sea, en la Legislatura provincial no son pocos los que sospechan que la pelea por el control de la Cámara podría terminar beneficiando al actual presidente, Pablo Farias, también socialista que asumió tras el fallecimiento de Lifschitz, cosechó elogios a su gestión y a priori, no suma demasiadas objeciones.