El Senador por el Departamento San Justo, Rodrigo Borla se encuentra activamente trabajando la temática de las emociones en el ámbito escolar, a través de charlas que proporciona con profesionales en la materia en el propio terreno con todas las partes: padres, madres, alumnos, miembros escolares y personalidades que abordan el tema.
Lo que lo moviliza al senador es la capacidad de vínculos del alumnado en una sociedad cada vez más compleja, En definitiva esos alumnos serán el futuro del país y, por ello le inquieta que en los tres niveles de la educación pública se incorpore a la currícula el poder proporcionar a la docencia herramientas para acompañar los procesos educativos y la formación de las personas en cuanto a las emociones.
“Hoy estamos con muchos problemas, la pandemia fue un evento que implosionó la salud mental. Con esto buscamos que el docente pueda tener herramientas para que en su aula pueda detectar cuando hay alguna luz roja o amarilla“, explicó Borla en una entrevista exclusiva a Despacho Play.
El legislador contó que, además de las charlas que se dan en el terreno, redactó un texto para que el Ministerio de Educación sea el órgano de aplicación en los tres niveles de la educación pública santafesina, conjuntamente con el Ministerio de Salud y, que se implemente una comisión de seguimiento con profesionales idóneos en la temática.
No es la primera vez que Borla presenta el proyecto en la Cámara Alta, de hecho, tuvo media sanción. Sin embargo, los tiempos políticos no pudieron consolidar una sanción definitiva.
¿Porqué es tan importante?
La escolarización tradicional se ha centrado en la memorización de información y en el control de la conducta, dejando muchas veces de lado el hecho de que en todo proceso humano, incluido el educativo, está implicada la vida afectiva y que, por tanto, el cuerpo docente siempre influye en las dimensiones personales y relacionales de sus estudiantes. La persistencia de estructuras de participación y gestión autoritarias, las dificultades de aprendizaje, el fracaso escolar, la indisciplina y la propia violencia escolar evidencian la necesidad de trabajar en el desarrollo de la inteligencia emocional desde los centros educativos.
La educación emocional se reconoce como una estrategia de prevención primaria de la violencia escolar y de construcción de una cultura escolar armónica y positiva. Por tanto, es un pilar fundamental a ser considerado en el desarrollo profesional docente.
El senador que representa al departamento, San Justo está convencido de que, si la docencia tiene una buena caja de herramientas en la temática de las emociones, puede detectar en su aula potenciales alertas tales como: posibles abusos, ludopatía, violencia intrafamiliar, entre otros.
Qué es la Educación Emocional
La educación emocional es un proceso pedagógico que potencia la esfera afectiva junto con las habilidades cognitivas para promover un desarrollo integral de la personalidad.
Las emociones son el origen y el motor de nuestras acciones; son las que definen cómo accionamos –o no y desde cuáles motivaciones. Son la clave de nuestra interacción con el entorno y de nuestro propio conocimiento y crecimiento personal.
Comprender sus causas desde su propia complejidad, requiere de una mirada atenta al contexto familiar y comunitario en el que se desarrolla, así como también a la carencia de educación emocional de la cual todas y todos –en mayor o menor medida padecemos. Junto al abuso de poder, la imposibilidad de reconocer y regular autónomamente las emociones se encuentra como núcleo central de las situaciones de violencia que ocurren en los centros educativos.