Desde la Casa Gris señalaron que, mientras la provincia suspende las clases y muchas actividades econĂłmicas, el fĂștbol sigue rodando, lo que expone un sinsentido.
âEstamos en una pandemia que nos obliga a tomar medidas muy restrictivas y no ser tibios. Mientras la provincia suspende las clases y muchas actividades econĂłmicas, el fĂștbol de la SĂșperliga se sigue jugando. ÂżCon quĂ© cara se explica eso? ÂżCĂłmo decimos que el fĂștbol es mĂĄs importante?”, dijo el ministro de GestiĂłn PĂșblica Marcos Corach.
Para el funcionario, mano derecha del gobernador, el gobierno nacional âdeberĂa suspender el fĂștbol profesionalâ, ya que, seguir jugando, âno es un buen ejemploâ.
El ministro apuntĂł a la AFA y a la Superliga, pero por elevaciĂłn a la Casa Rosada. âEn la provincia tenemos que disponer restricciones a la circulaciĂłn y suspender las clases en Rosario, Santa Fe, San Lorenzo y Rafaela, pero mientras tanto el fĂștbol sigue para adelanteâ, advirtiĂł.
En esa lĂnea, Corach recordĂł que antes de que se jugaran los clĂĄsicos de Rosario y Santa Fe, el gobierno de Perotti hizo gestiones ante el propio presidente de la AFA Claudio âChiquiâ Tapia y las cadenas de televisiĂłn para que los partidos se pudieran ver por la TV pĂșblica.
âHicimos todos los esfuerzos, yo personalmente les mandĂ© mail a los directivos de la TV privadaâ, pero sin Ă©xito. âDespuĂ©s, vimos lo que pasĂł en el clĂĄsico Central-Newell’s con banderazos de 1.500 a 2.000 personas y la policĂa resistiendo. Y a la semana, pasĂł lo mismo en el clĂĄsico ColĂłn-UniĂłnâ.
Corach sostuvo que muchos logros se vieron desdibujados luego de los clĂĄsicos santafesinos, eventos que llevaron a reuniones en espacios cerrados e, incluso, a multitudinarios banderazos. “Esas personas son padres, madres, hermanos de chicos que van a la escuela. Son los primeros que piden clases presenciales, pero no tienen tanto cuidado por el fĂștbolâ, agregĂł.
âLa verdad que al fĂștbol deberĂan suspenderloâ, remarcĂł Corach. âLa pandemia nos obliga a tomar medidas muy restrictivas y no ser tibios. Que el fĂștbol siga no es un buen ejemplo. Uno ve la cantidad de contagiados que hay en los plantelesâ.