“Una muñeca que no es lo suficientemente perfecta”, expresaron sus creadoras, lo que sirvió para poner de manifiesto que ni siquiera este ícono es capaz de cumplir con los estándares.
En medio de la vorágine que produjo la llegada de la película de Barbie, resurgieron algunos temas que se relacionan con la famosa muñeca. Cuando Greta Gerwig y Noah Baumbach anunciaron el citado filme, la primera línea argumental que indicaron fue: “Una muñeca que vive en ‘Barbieland’ es expulsada al mundo real por no ser lo suficientemente perfecta”. Esto sirvió para poner de manifiesto que ni siquiera este ícono es capaz de cumplir con los estándares que la sociedad atribuyó durante años a la excelencia.
El problema es que intentarlo puede conducir a ciertas personas a sufrir lo que expertos bautizaron como “El síndrome de Barbie”. Durante años, la muñeca rubia, de ojos azules, con medidas 90-60-90, mansión, descapotable, pareja y miles de profesiones se asoció con la perfección. Por eso, su nombre es ideal para hablar de una condición mental que impulsa a las personas desesperadamente a la búsqueda de la excelencia y que clínicamente, es conocida como atelofobia.
“La atelofobia es una fobia específica, en la que la persona siente que nunca es lo suficientemente perfecta”, explicó la psicóloga española Lara Ferreiro. Según el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-V) —en español, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales—, las fobias se encuentran clasificadas dentro de los trastornos de ansiedad y se dividen en tres tipos:
* agorafobia
* fobia social
* fobias específicas o más frecuentes
La atelofobia, un trastorno emergente
Como detalló Ferreiro, los condicionantes sociales y el auge de aplicaciones como Instagram hicieron que el tipo de fobia que nos atañe sea cada vez más frecuente. “Cuando entra la comparación social en redes, al final, entramos en una trampa. Nadie es tan feliz ni tiene tanto éxito, pero creerlo puede ir reforzando el sentirse inferior a los demás”, señaló la experta.
Una investigación llevada a cabo por la Universidad Southern Queensland, en Australia, cataloga este problema como un trastorno emergente. De hecho, Ferreiro advierte que es “más común de lo que pensamos”. “Si bien es admirable esforzarse por obtener mejores resultados, las expectativas constantes y, a veces, poco realistas de las publicaciones en redes sociales, generan una condición psicológica comúnmente conocida como perfeccionismo, el miedo a no hacer algo bien o el miedo a no ser lo suficientemente bueno”, indica el trabajo.
Internet juega un papel muy relevante en la atelofobia, pero Ferreiro dijo que no es el único condicionante que puede contribuir. Por ejemplo, están los antecedentes de un modelo de crianza muy exigente, en el que los padres, sin quererlo, transmiten a su hijo que nunca hace lo suficiente. También los traumas del pasado, que interactúan cuando una persona ha tenido algún fracaso y tiene la necesidad patológica de compensarlo con una exigencia extrema.
La atelofobia es más común en mujeres
Las presiones externas y la propia sociedad tienen una mención muy especial en este problema. “Vivimos en un sistema en el que hay que demostrar éxito, lo maravillosos que somos y eso asfixia”, expresó Ferreiro, quien luego dijo que la cierta imposición del sistema por la excelencia suele incidir más en el sexo femenino: “Hay una imagen de la película que se hizo viral, que es Barbie bajándose de los tacones y dejando de estar de puntillas. Es la representación de las expectativas sociales culturales”, aseveró.
Todo esto no sólo se limita a la búsqueda impasible de la perfección, sino que conecta con problemas de salud como ansiedad, estrés y depresión. El propio desarrollo vital de la persona también se puede ver afectado, ya que la necesidad de ser excelente puede ocasionar retrasos en el trabajo o poca productividad. La pareja y los amigos son otras de las áreas que se pueden ver dañadas, pues la psicóloga confirma que este tipo de personas suelen exigir perfección a su alrededor.
Acudir a terapia puede ser una de las vías de escape para afrontar el problema y, en caso de no hacerlo, incluso, se puede caer en el aislamiento. La persona comienza a ser evasiva con todo lo que le genera ansiedad y termina por no hacer cosas por miedo a no ser perfecta. “Es todo parte de un perfeccionismo asfixiante que te anula y te genera una obsesión con demostrar la perfección de una Barbie”, culminó.