El hombre de 36 años, identificado como Damián Alvarado, contactaba con sus clientes por WhatsApp y les cobraba tres mil pesos por cada test. Podría tener una pena de hasta 50 años.
En Mendoza, un enfermero del Hospital Lagomaggiore identificado como Damián Matías Alvarado fue detenido tras ser acusado de vender más de 800 tests PCR falsos de Covid-19 con resultado negativo. Según trascendió en la investigación, este hombre de 36 años cobraba tres mil pesos por cada trámite trucho que hacía.
Alvarado, quien también trabajaba en la Sociedad Española, era contactado por teléfono vía WhatsApp por quienes necesitaban un certificado de PCR trucho. Por lo que el hombre se hacía con los resultados apócrifos y él mismo los cargaba al Sistema Integrado de Información Sanitaria (SISA). Desde diciembre de 2021 hasta el momento se contabiliza un total aproximado de 800 certificados falsos, los cuales vendió a tres mil pesos cada uno, según reportó TN.
La Justicia, alertada por la situación de una llamada a mediados de diciembre que difundió una conversación telefónica en la que alguien contaba que Alvarado hacía “más baratos” los tests de covid-19, dispuso que se lleve adelante un allanamiento en la vivienda del enfermero, en Godoy Cruz, a cargo del fiscal Juan Manuel Sánchez.
Allí se secuestraron insumos y muestras de testeos, los que no podían estar en ese lugar, según lo indicado por la investigación. Con las evidencias en el poder de la Justicia, Alvarado decidió entregarse en la Comisaría 3 de la capital de Mendoza.
Alvarado está detenido y se lo imputa bajo la carátula de “delitos de falsedad ideológica de instrumento público”, un tipo de crimen que tiene como pena hasta 50 años de cárcel.
WhatsApp, su modus operandi
La investigación de este caso apuntó a que el enfermero era quien se ocupaba de cargar los testeos, pero quien tomaba las muestras era otra persona. Sin embargo, lo que más llamó la atención de la Justicia fue precisamente que durante lo que duraba la jornada de trabajo del enfermero, todos los resultados siempre eran negativos.
Se determinó, inclusive, que Alvarado no tenía contacto con las personas que se acercaban a testearse, más bien manipulaba los resultados y se comunicaba con sus clientes solo vía WhatsApp, en donde hacía su negocio.