Luciano Fabbri, Secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad, dialogó con Sol Play 91.5 y analizó el caso Báez Sosa desde los mandatos de las masculinidades.
Esta semana continúa el juicio a los ocho acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa ocurrido el 18 de enero de 2020. A propósito de este caso, el Secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad en el Ministerio de Igualdad y Género de la provincia de Santa Fe, Luciano Fabbri fue entrevistado en el programa Un Día Perfecto para analizar el fenómeno de los ataques en manada desde la perspectiva de género.
“En principio, un poco lo que yo compartía en redes, que fue generando interés digamos en poder profundizar en algunas de estas comunicaciones, tiene que ver con poder introducir la variable de la perspectiva de género y masculinidades en el caso del asesinato de Fernando”, introdujo Fabbri.
“Frecuentemente sucede que si no hay una mujer o una disidencia sexual en tanto victima del ejercicio de la violencia, se supone que no es necesario mirarla desde la perspectiva de género. Un poco por esta idea más de sentido común de que género es sinónimo de mujer o diversidad y que los varones no tendríamos género”, sostuvo el secretario.
“Creo que es importante hacer ese esfuerzo por introducir esa variable porque nos permite identificar cómo la socialización de los varones en los mandatos de masculinidad, que muchas veces tiene que ver con esta idea de mostrarnos fuertes, competitivos, omnipotentes, activos y de algún modo buscar cierto reconocimiento de nuestra masculinidad por parte de nuestros pares, nos lleva muchas veces a exponernos a situaciones de riesgo que atentan contra nuestra salud, contra nuestro bienestar e incluso contra nuestras vidas”, reflexionó el especialista.
“Entendemos que en este ejercicio grupal de la violencia, que se identifica en el caso del homicidio de Fernando, hay elementos que nos llevan a pensar que esos mandatos de masculinidad estuvieron operando fuertemente” , explicó Fabbri y consultado acerca de una posible estigmatización de algunos deportes como propiciadores de conductas violentas, Fabbri dijo: “Yo creo que no es un monopolio exclusivo del rugby, si creo que hay una frecuencia que, sinceramente nos tiene que conducir a hacer un análisis crítico de qué es lo que pasa adentro del rugby”.