El Presidente vuela este lunes con reducida comitiva y bajo estrictas medidas de seguridad. Después, se mueve a Roma para participar de la ceremonia de canonización de Mamá Antula junto al Papa Francisco.
No hay antecedentes en cuarenta años de democracia de que un presidente haya decidido viajar a un país en guerra. Javier Milei este lunes romperá esa secuencia volando hacia Israel bajo estrictas condiciones de seguridad que implican a la Casa Militar, a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a los servicios de inteligencia que se controlan desde Jerusalén (Shin Bet y Mossad) y a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El jefe de Estado aterrizará en Tel Aviv durante una compleja escalada bélica en Medio Oriente. No sólo Hamas está lanzando sus misiles a Israel desde Gaza y Hezbollah disparando sus cohetes desde el Líbano, sino que además se aguarda que Irán replique un masivo ataque aéreo ordenado por Joseph Biden que hizo blanco en Siria e Irak.
Milei se alojará en el histórico hotel King David, a escasa distancia del Muro de los Lamentos. Y su comitiva se limita a la canciller Diana Mondino, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el rabino Shimon Axel Wahnish, embajador designado en Israel.
Milei tendrá audiencias con Isaac Herzog -presidente de Israel- y Benjamín Netanyahu -primer ministro israelí-, visitará el Museo del Holocausto -Yad Vashem-, recorrerá el kibutz Nir Oz -que fue blanco del ataque terrorista del 7 de octubre-, hará una visita profunda a Jerusalén y se encontrará con los familiares de los rehenes cautivos por Hamas en los túneles de Gaza.
MIlei estará en Israel entre el 6 y 9 de febrero, y a continuación volará a Roma para participar de la ceremonia de canonización de “Mamá Antula”, mantener una audiencia con Francisco, almorzar con el presidente de Italia, Sergio Matarella, y protagonizar una bilateral junto a Georgia Meloni, primera ministra italiana. El 12 de febrero, a la noche, el jefe de Estado regresará desde Fiumicino a Buenos Aires.