A su regreso de Davos, el Presidente evalúa en Olivos el resultado de las negociaciones que llevaron a cabo sus funcionarios con los representantes del PRO, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal.
Javier Milei siguió a distancia, desde Davos, las negociaciones con la oposición por la ley Ómnibus. Se informaba desde Europa sobre el rumbo que tomaba su iniciativa más importante -junto al DNU- a través de sus colaboradores más cercanos, a quienes encargó tomar las riendas de la puja con el PRO y Hacemos Coalición Federal. Y esta tarde, reinstalado nuevamente en Olivos, se pondrá al tanto de los detalles del encuentro más reciente con los aliados, que se realizó ayer en el Congreso mientras él volaba de regreso.
El jefe de Estado analizará el resultado de esos diálogos. Y, si queda satisfecho, terminará de darle el visto bueno a las modificaciones. En Gobierno están convencidos de que tienen los números para aprobarlo, aunque los opositores deslizan que todavía hay algunos detalles a pulir. El martes, cuando se debata el comisión, será una jornada clave. Pero el día D sería el jueves, cuando esperan obtener media sanción.
Esta mañana se había especulado seriamente en Gobierno con la posibilidad de que Milei recibiera en Olivos a Santiago Caputo, al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y al de Interior, Guillermo Francos; al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, junto a la secretaria General de la Presidencia, su hermana, Karina Milei. Los tres últimos estuvieron en Suiza con él, y analizaron desde lejos el devenir de las conversaciones con la oposición. Mientras que en Buenos Aires, el asesor Santiago Caputo, que adquirió mayor volumen político en los últimos días; el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, terminaban de definir en Buenos Aires los cambios que aceptarían introducir en la ley. El objetivo era acelerar el debate y llevarse una primera victoria la semana que viene, como les había ordenado el Presidente.
Con esa directiva presente, vestidos de traje, los tres se reunieron ayer desde las 17 en el palacio legislativo con los jefes de los bloques de Hacemos Coalición Federal, PRO e Innovación Federal -por separado- y les presentaron una lista con las modificaciones. O, en palabras un alto funcionario, “la última oferta” del Gobierno a la oposición.
Después de las charlas, desde las bancadas aliadas avisaron que apoyarían la iniciativa con los cambios prometidos. Pero deslizaron que aún hay “algunos puntos por rever”. En Gobierno, en cambio, están absolutamente confiados en que ya reunieron los votos suficientes, que hubo acuerdo y el respaldo está cerrado. “Si se votara hoy, saldría”, sostuvo, con firmeza, un alto funcionario del Ejecutivo. Y atribuyó la manifestación de esas dudas de último momento a “especulaciones” de parte de los aliados.
El plan de Milei y algunos de sus colaboradores era debatir en comisión para sacar dictamen hoy mismo e ir al recinto el lunes. Pero esta mañana se impuso la realidad. El Congreso, admitieron, no puede funcionar sin los trabajadores legislativos, que se ocupan de cuestiones técnicas, vitales, y operan de lunes a viernes. Además, muchos diputados tienen compromisos en sus provincias durante el fin de semana y ya avisaron que no estaban dispuestos a suspenderlos para que el Gobierno obtuviera su ansiado primer triunfo político con mayor celeridad.
En Balcarce 50 no descartaron que el documento quede listo esta misma tarde y sea enviado por la noche al Congreso, para obtener un “ok” de las bancadas cercanas antes del lunes, y evitar “sorpresas” o “bravuconadas”, como deslizó un asesor de la órbita íntima del Presidente. En resumen, lo más probable es que los libertarios terminen de redactar entre el sábado y el domingo el “proyecto del dictamen”, como llaman a la contrapropuesta, la envíen al Congreso el lunes, se debata en comisión el martes, y se trate sobre tablas el jueves.
La fórmula de movilidad jubilatoria sigue siendo un misterio; las retenciones a las industrias de las economías regionales -en total son 35- se eliminarán, pero se mantendrán intactas las imposiciones tributarias a la soja y el trigo. Mientras que la reforma política, presentada por Francos y redactada por Caputo, se eliminaría por completo, y quedaría pendiente para tratamiento por separado, más adelante.