El cardenal encabezó el Tedeum en la Catedral Metropolitana. También advirtió que “cuando el pan falta en tantas familias, tenemos que pensar en el prójimo”.
Por primera vez desde que asumió, el presidente Alberto Fernández participó del tradicional Tedeum en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires por el 25 de mayo. Es que las anteriores celebraciones de la Revolución de 1810, cuando él ya estaba en la Casa Rosada, se vieron atravesadas por la pandemia y la misa se realizó de forma virtual.
El Presidente llegó a la catedral a pie junto a su grupo más estrecho de funcionarios, mientras que en el lugar había también ministros de otras religiones e integrantes del cuerpo diplomático. En el grupo que acompañó a Fernández estuvieron el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y además ministros y legisladores. Al mandatario se lo vio sonriente saludar a militantes que se acercaron a la Plaza de Mayo.
El oficio religioso que se realiza desde el primer gobierno patrio como una forma de agradecer el surgimiento del Estado argentino comenzó a las 11 y estuvo encabezado por el arzobispo Mario Poli, quien dio sus palabras para todos los argentinos en el marco de esta celebración.
El arzobispo no solo habló de “tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos” -algo que sonó fuerte en medio de la interna que atraviesa el Gobierno-, sino que enfatizó en la importancia del diálogo. Además, en cuanto a la cuestión social, dijo que “el pan falta para tantas familias”.
También se refirió al derecho a la vida como “el más importante de los derechos humanos”, luego de que uno de los puntos más altos de tensión con la administración de Fernández se diera por la sanción de la ley de aborto legal, a la que la Iglesia se opuso fervientemente
“Dios, padre nuestro, que con admirable providencia gobiernas el mundo, atiende nuestros ruegos por la Patria para que la prudencia de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la Justicia, y podamos vivir en paz y en prosperidad”, comenzó la misa el sacerdote, bajo la atenta mirada de Fernández. En la Catedral no estuvo la primera dama, Fabiola Yañez.
Después del Evangelio, Poli aseveró: “En este espacio sagrado deseamos renovar nuestra fidelidad a la noble herencia que nos surge reivindicar para todos los que habitamos la tierra bendita del pan. Cuando este falta en tantas familias es cuando más tenemos que pensar en nuestro prójimo y sus necesidades básicas: educación, salud, Justicia”. En la Argentina, la pobreza se ubica en 37,3% según la última medición del Indec: una cifra alta, pese a que se redujo significativamente en 2021.
Tras citar las ideas de “fraternidad y amistad social” del papa Francisco, Poli sostuvo: “En medio de las tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos, el Papa nos dice: ‘Con sus gestos el buen samaritano reflejó que la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás. La vida no es un tiempo que pasa, sino un tiempo de encuentro’”.
Y en ese sentido, siguió: “La democracia que nos sostiene como cuerpo social organizado y las instituciones dan lugar a la fraternidad, pero además requiere de la ética, la bondad, la solidaridad, la honestidad, el diálogo siempre beneficioso para el acuerdo, y el compromiso por el bien común de todos. Sin estos valores que dan fundamento a la vida social, surge el enfrentamiento entre hermanos para preservar sus propios intereses”.
Entonces hizo un llamado a “no despreciar la fe” y aseguró sobre esta: “Ayuda a trascender, nos pone de pie después de cada caída, nos anima en la diversidad y a ver posibilidades donde otros solo ven fracasos”.
Durante la explicación que hizo de la parábola del buen samaritano fue que el arzobispo destacó la importancia del derecho a la vida. Dijo, sobre eso, que el samaritano “se dejó llevar por el primer sentimiento del corazón” cuando ayudó a otro sujeto que estaba tirado en el camino y fue ahí que Poli expresó: “Encontró a la persona con algunos signos vitales y se puso al servicio del más importante de los derechos humanos: el derecho a la vida”.
Cerca de las 13.30, el mandatario tiene pensado comer su segundo locro por este 25 de mayo: anoche cenó uno en la sede del Partido Justicialista (PJ) para celebrar un nuevo aniversario de la llegada de Néstor Kirchner al poder este mismo día, pero en 2003; y hoy a las 13.30 almorzará otro con los trabajadores de la economía popular de Florencio Varela.