La reunión prevista para el 22 de enero fue suspendida. La vuelta a la actividad sería a fines de este mes en comisión, y la reapertura del recinto en Diputados quedará para la primera semana del segundo mes del año.
El Congreso Nacional vaticinaba un verano movido, pero los primeros días del nuevo año los pasillos del Palacio Legislativo permanecen con el ritmo habitual de receso: vacíos y silenciosos, salvo por las obras que están en ejecución.
Finalmente, según se supo, el gobierno llamará a sesiones extraordinarias en febrero.
Más allá de las negociaciones y los acuerdos que se estarían trazando entre el oficialismo y la oposición, la verdadera razón de esta demora es que aún se estaría definiendo los últimos detalles de un nuevo paquete de leyes.
Dentro de las normas que aún estarían siendo analizadas por la gestión del Frente de Todos se incluye la reforma del Poder Judicial, el nuevo Consenso Fiscal, la creación del Consejo Económico y Social, la constitución de un Consejo de Seguridad, las iniciativas del Plan Argentina contra el Hambre, y la modificación del sistema previsional de diplomáticos y jueces, entre otras.
Tras la definición de la “letra chica”, estas iniciativas serán enviadas al parlamento, el cual debe ponerse en funcionamiento con, al menos, una semana de antelación al tratamiento de los proyectos en el recinto.