Alberto Fernández habló en una entrevista con el dirigente chileno Marco Enríquez Ominami sobre qué traen los acontecimientos políticos recientes sobre la región y las posibilidades futuras de vacunación.
El presidente de la Nación habló el lunes último con el dirigente progresista chileno, Marco Enríquez Ominami, a través de un vivo de Facebook. En la entrevista conversaron sobre las posibilidades de vacunación de cara a la segunda ola de contagios y sobre la política regional y lo que trajeron las últimas elecciones.
Hacia el principio, Fernández lamentó las condiciones en las que asumió al poder ejecutivo: “un país con un sistema de salud devaluado”, expresó. Además, insistió en que por esta razón al inicio de la cuarentena en Argentina se evidenció la falta de “un sistema hospitalario público en funcionamiento que nos garantizara que la gente pudiera ser atendida”.
Por otra parte, el presidente dijo tener la intención de “vacunar la mayor cantidad de gente entre enero y febrero para que en marzo, cuando llegue el momento de la segunda ola, el riesgo de contagio se aplaque”.
En relación con la producción de la misma, aseguró que “la vacuna que se produzca en Argentina va a ser distribuida en términos igualitarios y equitativos” y sentenció: “en la historia seremos recordados como el gobierno de la pandemia”.
Por otra parte, el presidente se mostró esperanzado con algunos acontecimientos recientes en la región. “En Chile el resultado de la consulta sobre la reforma constitucional dio la pauta de un Chile que quería dejar las lógicas heredadas de la Constitución que promovió Pinochet para avanzar hacia una distinta”, dijo.
En esta línea, hizo hincapié en que “cuando en Argentina hubo posibilidad de votar, la gente dejó de lado el conservadurismo. En Bolivia, cuando la gente pudo votar, no eligió al conservadurismo, lo eligió a Evo, y lo hizo de tal manera que debieron hacer un golpe avalado por la OEA para sacarlo. Pero un año después, Evo volvió al poder”.