Los especialistas sostienen que no se trató de un accidente sino que fue una tragedia anunciada que dejó un saldo de 65 muertos.
El avión de la empresa LAPA se estrelló a las 20:54, tras un despegue fallido el Aeroparque Jorge Newbery, el 31 de agosto de 1999. Era el vuelo 3142 que tenía como destino la ciudad de Córdoba. Murieron 65 personas. Esos son los números duros de un episodio dramático en la historia de la aviación en Argentina.
“Es muy triste recordarlo. Lo de LAPA no fue un accidente, fue la consecuencia directa de un desmanejo brutal, un mantenimiento que era una estafa“, aseguró el ex piloto de LAPA y director de cine Enrique Piñeyro.
Ocurrió cuando al iniciar el carreteo para despegar y sin posibilidad de levantar vuelo, el Boing 737-200 rompió las vallas del perímetro de Aeroparque, cruzó la costanera Rafael Obligado e impactó contra máquinas viales y un terraplén cercano al campo de golf, en la zona norte de la ciudad.
“La tripulación del vuelo del LAPA 3142 olvidó extender los flaps para iniciar el despegue, y desestimó la alarma sonora que avisaba sobre la falta de configuración para esa maniobra”, concluyó el informe oficial.
Según Piñeyro, que trabajó diez años en la empresa de aviación, “aquella noche los pilotos ignoraron la alarma porque las alarmas sonaban todo el tiempo. Y eran falsas, te pedían que no les des bola“.
El juicio por las muertes en el Tribunal Oral Federal 4 (TOF 4) empezó en 2008 y por allí pasaron 1200 testigos en un proceso que se extendió 23 meses.
Acusados
Hubo ocho acusados: Andrés Deutsch, presidente de LAPA; su segundo, Ronaldo Patricio Boyd; los gerentes de operaciones Fabián Chionetti y Valerio Diehl; el jefe de mantenimiento de B737, Gabriel María Borsani, y la gerente de Recursos Humano Nora Arzeno. Por la Fuerza Aérea, Diego Lentino y Damián Peterson.
En febrero de 2010, se dictaron dos condenas por estrago culposo que alcanzaron a Diehl y Borsani.
La sentencia fue apelada por los fiscales y la querella de los familiares de las víctimas, pero en 2014 la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó en un fallo dividido las condenas del tribunal oral y sobreseyó por extinción de la acción penal por prescripción a Peterson y Lentino.
Meses después, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictaminó que la causa había prescripto.
“En la LAPA se cometían todas las transgresiones posibles y el resultado está a la vista. Y yo no soy adivino, yo lo puse por escrito en una carta al Gerente de Operaciones porque sé que si los aviones vuelan así, los aviones se caen”.
El ex piloto, que dirigió y protagonizó en 2004 la película Whisky Romeo Zulú narrando los hechos que terminaron con la tragedia de LAPA, sostiene que “el tiempo corrió a favor de los imputados, de los que cometieron delitos. Eso lo buscaron“.
Criticó además que Chionetti fuera designado el año pasado como inspector operativo de Líneas Áreas (IOLA) de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
“La impunidad llegó a límites inimaginables. Fue procesado y condenado en disidencia por ser el gerente de operaciones de LAPA en ese momento y ahora es inspector de vuelo, es el que califica a los pilotos”, aseguró Piñeyro y agregó que el funcionario “tiene una responsabilidad política y moral” sobre lo ocurrido hace dos décadas.
La jueza María Cristina Sanmartino, del TOF 4, en el juicio oral por el accidente lo había condenado en disidencia a 4 años de prisión efectiva por considerarlo penalmente responsable de la tragedia.
Desde el Ministerio de Transporte de la Nación indicaron que la decisión de incluir a Chionetti se basó en la absolución judicial.