La docente fue asesinada en 2018 por Juan Ramón Cano, que en 2020 fue condenado a cadena perpetua. Ahora la Justicia pide a la familia de la víctima que pague los honorarios.
Al dolor de perder a su hermana, ahora se le suma la revictimización de la Justicia que pide a Silvia Castillo y a su madre que se hagan cargo de los honorarios del juicio en Santa Fe que determinó cadena perpetua al femicida Juan Ramón Cano por matar a Vanesa, docente de Alto Verde. ¿El motivo? El femicida es insolvente.
“Tan tan perverso es el Sistema de Acceso a la Justicia, que hoy mí madre y yo nos encontramos en la situación de tener que afrontar las costas del juicio”, detalla Silvia en su cuenta de Facebook y detalla que “Cano fue sentenciado y condenado por el femicidio de Vanesa Castillo, condenado en la misma sentencia a asumir las costas del Juicio y Apelación”.
Pero como el femicida es insolvente “la ley de honorarios profesionales prevé que se puede requerir el pago a la querella”. Ante esta situación Silvia sostiene, que junto con su madre son “victimas de la encerrona de un sistema judicial que parece hecho para revictimizarnos, para quebrarnos de cualquier manera”.
En el mismo posteo, detalla que el costo que deben afrontar es de $457.000, un monto que está lejos de su alcance y por eso realizan una campaña para recaudar el dinero. Pero al mismo tiempo, remarcan que es necesario que las autoridades revean esta situación: “Las familias de las víctimas necesitamos la representación legal otorgada por el Estado, tal como le es garantizado al imputado de cualquier delito o crimen”.
“Quiero que mí hermana Vanesa descanse en paz, quiero sobrevivir a estás situaciones tan injustas y poder acompañar a mí sobrina a sobrellevar el dolor que la atraviesa”, concluyó Silvia.
El crimen de Vanesa Castillo, la docente santafesina asesinada a la salida del colegio
Vanesa se estaba retirando de la Escuela Victoriano Montes, cuando fue interceptada por Juan Ramón Cano “con la excusa de venderle calzado”, pero como la docente dijo que no, este insistió pero pidiéndole que “lo llevara hasta una cancha de fútbol cercana” en su moto.
Nuevamente, la mujer de 33 años se negó, pero el femicida se subió al vehículo y la apuñaló con un arma blanca en distintas partes del cuerpo. En el juicio, donde Cano fue condenado a prisión perpetua, se remarca la “planificación, la conciencia de haber realizado un acto incorrecto y temor a las consecuencias legales del mismo” por parte del asesino.
Cano fue condenado por los delitos de “homicidio triplemente calificado por alevosía, ensañamiento, por ser perpetrado por un hombre a una mujer y mediante violencia de género y lesiones leves dolosas”.
