Fueron encontrados ayer domingo, bajo el puente de la plaza, dentro de una bolsa de consorcio. Una persona había realizado la denuncia por olores nauseabundos.
Este domingo, pasado el mediodía, agentes de la policía se hizo presente en la Plaza Escalante, ubicada entre las calles 9 de julio y Martín Zapata, tras la denuncia de una persona joven por la presencia de una bolsa de consorcio debajo del puerte del parque, que “emanaba un fuerte olor nauseabundo y sobre la que posaban muchas moscas”. Allí, el personal policial realizó un corte sobre la bolsa y reconoció en su interior lo que aparentemente sería la pierna de una persona con su calzado puesto.
El hecho fue notificado a la fiscal en turno de la Unidad de Homicidios, Ana Laura Gioria, quien ordenó el arribo de los peritos de la Policía de Investigaciones (PDI) para relevar la zona. El procedimiento se realizó en inmediaciones a un puente que atraviesa el Parque Escalante, situado a dos cuadras de avenida Facundo Zuviría y tres de Aristóbulo del Valle. Ante la llegada de los peritos de PDI, la policía desplegó un fuerte operativo de la zona para vallar la plaza y así poder realizar un rastrillaje aún mayor en busca de pistas.
La investigación avanzó y se llegó hasta una vivienda ubicada en 1 de mayo al 4.700, en cuyo patio encontraron restos incinerados, que aún resta confirmar si también son humanos. Sin embargos, los vecinos aseguran que el morador de la vivienda, un hombre de unos 70 años, está desaparecido desde el jueves de la semana pasada.
Vecinos de la zona atestiguaron que “al dueño del lavadero lo estaban buscando desde el día jueves. Vivía solo con una mujer rubia, más joven que él, que era su pareja” relataron a los micrófonos de LT10. Además, contaron que la mujer “vino ayer, domingo al mediodía y se llevó todos los muebles, precarios, pero se llevó todo”.
Los residentes de la zona manifestaron además que sintieron olor a carne quemada, y que incluso uno de ellos llamó a la policía el jueves a la madrugada porque escuchó gritos de un hombre que decías: “¡Basta, basta! No me pegues más”.
La policía asistió hasta el lugar pero no pudieron ingresar ya que nadie les abrió la puerta.
“La chica tenia orden de restricción porque lo golpeaba, una vez salió y fue a la comisaría porque le habían pegado en la cabeza y sangraba” agregó el testigo.
Por último, aseguró que la supuesta víctima “era un tipo de mala vida que vino a ensuciar el barrio. Esta es una casa usurpada. Era un final ya esperado esto”.