La investigación se inició por reiteradas denuncias contra los usureros. Secuestraron documentación, automóviles, motos, y una gran suma de dólares y pesos.
Este viernes, la unidad fiscal de delitos complejos del MPA realizó 27 allanamientos a domicilios ubicados en Santa Fe y zona de influencia que están vinculados a una banda dedicada a prestar dinero de forma ilegal, a tasas usurarias y que también, en algunos casos habría utilizado métodos muy violentos para cobrarle a sus deudores.
La investigación está a cargo de los fiscales Mariela Jiménez, Laura Urquiza y Ezequiel Hernández, quienes dieron detalles de las formas en que operaba la banda en conferencia de prensa.
Urquiza comentó que la causa se inició a raíz de reiteradas denuncias de damnificados, que habían sacado créditos en empresas ‘irregulares’. Las personas que no podían cumplir con el pago de las cuotas se topaban con cobradores “que aplicaban medidas realmente violentas para cobrar”, dijo
La funcionaria judicial detalló que lo hacían a través de amenazas, hostigamiento, o la quita de manera violenta de los bienes que la gente poseía. En algunos casos, sufrieron amenazas con armas de fuego y golpes.
En los allanamientos realizados detuvieron a 31 personas vinculadas con las usuras y agresiones. Además, secuestraron elementos de interés para la investigación, como también 7 autos, una camioneta, 5 motos, más de un millón y medio de pesos, y una importante suma en dólares, comentó la fiscal.
Urquiza destacó la cantidad de documentación que pudieron reunir relacionada a ‘créditos’ que otorgaban y la “habitualidad con la que lo hacían”.
Varias bandas
La funcionaria judicial señaló que no se trata de una sola organización sino de varias. “Se trata de distintas ‘empresas’ o asociaciones ilícitas que llevan adelante este tipo de delitos”.
Tres de los cabecillas de las bandas tenían base en lujosos barrios residenciales, uno con un árbol de navidad en la entrada de más tres metros de altura al estilo mafia norteamericana.
Los préstamos irregulares eran cobrados a tasas usurarias por cualquiera de las organizaciones y toda demora en el cobro de los suculentos dividendos era sancionada con apremios, que ejecutaba la misma “mano de obra”, que consistía en violentas torturas de todo tipo.
En cuanto a los delitos, mencionó asociación ilícita, usura, extorsión, tenencia de armas de fuego y amenazas coactivas, entre otros.