Aseguran sentirse “desamparados” y no encontrar respuesta del Estado. Aseguran que solo el 10% de los padres pagó la cuota en la cuarentena y exigen auxilio
El 16 de marzo, días antes del inicio de la cuarentena nacional por la pandemia de coronavirus, los jardines maternales cerraron sus puertas. A días de que se cumplan cinco meses con las persianas bajas, los dueños de los espacios denuncian que nada ha cambiado: “Es la misma historia y cada vez peor”
Vanina Oroño, dueña de un jardín en la ciudad de San José del Rincón y referente de la agrupación que los nuclea, definió a la situación como desesperante y apuntó contra la falta de respuesta del Estado: “Es un paseo constante; primero depende de Nación, después de provincia; ya no sabemos de quién dependemos y a quién recurrir”.
Resaltó que el ingreso de ellos está atado al pago de las cuotas de los padres. “Cuando las familias no tienen el servicio recurren a niñeras, cuidados clandestinos; hubo denuncias de parte de nosotros. Los padres recurren porque la necesidad está, la gente está trabajando en su mayoría y necesita el cuidado de los niños pequeños ya que es muy difícil salir a trabajar y dejar a un bebé.
Sobre la actividad clandestina, Oroño comentó: “Hay espacios que están encubiertos y están recibiendo niños; otros juntan en una casa cinco nenes; le pagan a una persona, maestra jardinera o no y los cuidan ahí”.
Volvió a reclamar por una respuesta económica y se preguntó cómo se puede subsistir con el subsidio provincial de entre 10 mil y 50 mil pesos: “Tenemos jardines maternales con empleadas de cinco a 25 empleadas. ¿Como pretende el Estado que sigamos sosteniendo esto?”
“Estamos generando deuda, quedamos debiendo sueldo, alquileres, impuestos. Todos los días te preguntás «¿Qué hago? ¿Sigo?». Nadie sabe nada, nadie tiene respuestas, no sabemos de quién dependemos”, graficó.
Contó que apenas el 10% de las familiares continuó pagando la cuota solidariamente. En esa línea, contó su experiencia personal: “Yo, particularmente, hasta el día de hoy tengo siete familias que me pagaron de 42 que tenía. Tengo un equipo para recibir a 42, 50 niños; que tengo todavía sin trabajar porque no tengo nada que hacer”.
Oroño insistió: “Los padres están desesperados porque nosotros abramos los jardines maternales porque no saben qué hacer con sus hijos. Estamos a nivel nacional, no somos los únicos; estamos conectados con los jardines de todo el país y estamos en la misma lucha”