Los últimos días del año llegan con el habitual balance de lo sucedido. Está claro que en este 2020, el virus del COVID-19 fue el hecho sobresaliente. La pandemia atravesó a todos los sectores de la sociedad y afectó la vida de cada uno de nosotros, sin distinción. Pero claramente, esto no fue lo único que nos sucedió. En la ciudad de Santa Fe recibimos un gobierno municipal sumamente endeudado, en un monto aproximado de $ 1800 millones, y en su mayoría a proveedores locales. Esta situación heredada debilitó la posibilidad de dar las mejores respuestas a las necesidades urgentes de los vecinos, pero poco a poco se fue revirtiendo y mejorando las finanzas del municipio, aún en los peores momentos de la marcha de la economía, y se empezaron a equilibrar y transparentar las cuentas públicas. Pero claro, luego llegó el virus y fue prácticamente un empezar de nuevo, debimos aprender entre todos rápidamente y a tomar decisiones en conjunto, con los sectores productivos, con las instituciones y con los vecinos de la ciudad, y así transitar esta crisis sanitaria para que impacte lo menos posible en la ya vapuleada economía local.
A diferencia de los que suele ocurrir con otros gobiernos que llegan al ejecutivo y sienten la necesidad de refundarlo todo, en este se tomó la decisión de que aquellas cosas que se hicieron bien, se mantengan y continúen y aquellas cosas que se hicieron mal o no se hacían, revertirlas. En contraposición, el gobierno que encabeza Omar Perotti en la provincia de Santa Fe ha puesto el énfasis en dinamitar todo lo que esté relacionado con las gestiones pasadas del Frente Progresista, sin distinción ni evaluación mediante, lo que lo ha llevado a cometer muchos errores, con una lógica de funcionamiento muy cerrada y de espaldas a la gente, y donde las decisiones importantes se tomaron inconsultamente y de manera muy centralizada. Creo que se dejaron pasar muchas oportunidades, por dedicarle mucho tiempo a las pequeñas cosas y no focalizarse en resolver los grandes problemas de Santa Fe. Así fue, por ejemplo, que la educación se convirtió en una de las materias pendientes para los santafesinos, que los niveles de violencia escalaron a índices que no teníamos hace muchos años, que los números de desempleo superaron a la media nacional o que sectores de la cultura y del deporte, sólo por citar a algunos de ellos, fueron prácticamente olvidados por el Estado y tuvieron una muy demorada y baja ayuda y acompañamiento. Mucho para mejorar de cara a lo que viene.
Un tema no menor fue el crecimiento exponencial de la inseguridad. Lamentablemente, al ver los indicadores de delitos, homicidios, hurtos o robos, queda a las claras que “La Paz y el Orden” fue eso, un mero slogan de campaña. El Gobernador no mostró nunca cuál es su plan de seguridad, si es que lo hay, y tiene un Ministro que lejos de resolver los problemas, los acrecienta, dinamitando la posibilidad de generar acuerdos en materia de Seguridad, que es lo que hoy los santafesinos precisamos con urgencia.
Y si hablamos de improvisación, en cuestiones educativas lo vemos con mayor contundencia. Docentes, directivos, estudiantes, cooperadoras escolares y familias, vimos y vivimos la ausencia de un plan sobre lo que se propone hacer el gobierno, reflejado, por ejemplo, en el desamparo a los docentes reemplazantes o la evidente falta de un espacio de diálogo que urge para poder planificar la vuelta a clases presenciales. El año que viene, el 2021, tiene que ser el año de la educación en Santa Fe.
Hoy fue la última sesión del año en el @ConcejoSantaFe. Un año muy difícil, pero lleno de aprendizajes. Seguiremos con el desafío de poner la mirada en la Santa Fe del futuro, que desarrolle más su perfil productivo y comercial y con más oportunidades para todos. pic.twitter.com/UkdbH3Mcbu
— Paco Garibaldi (@PacoGaribaldi) December 23, 2020
En economía hemos retrocedido. La pandemia y sus efectos se sintieron con fuerza en los aglomerados urbanos provinciales y dejó a muchos teniendo que cerrar su comercio, su industria o sin empleo. Es impensado que el gobierno provincial frente a esta situación, no haya tomado cartas en el asunto, o lo haga de forma lenta y siempre corriendo la situación desde atrás, con el agravante de tener miles de millones de pesos en plazo fijo en el banco mientras los santafesinos transitamos un año crítico en todo sentido. Sabemos que apostar a la obra pública es movilizar la economía y es generar puestos de trabajo. Lo sabemos porque dejamos la provincia con un nivel de obra pública inédito con el Gobierno que encabezó Miguel Lifschitz, donde solamente en la ciudad había más de 100 obras en marcha. Hubo una decisión política de frenar la obra pública que generó consecuencias muy negativas. En los momentos más complejos es cuando el gobierno debe inyectar recursos para poner en marcha la economía, para movilizarla, para generar puestos de trabajo, para reactivarla. Tenemos un gobierno con la alcancía llena, mientras hay santafesinos bajando las persianas de sus PyMES y ven los ahorros y los sueños de años esfumarse con esta crisis.
Cada comienzo de año abre, aún cuando sea simbólicamente, la posibilidad de pensar en nuevos comienzos. Es mi deseo para los santafesinos que no perdamos nunca esa solidaridad que nos caracteriza, que no dejemos de ponerle el hombro como hemos hecho en otros momentos difíciles y que trabajemos en conjunto para mejorar la situación en la que estamos. Pero además del deseo le sumo mi compromiso en primera persona, y es el de afrontar el desafío de seguir poniendo la mirada en la Santa Fe del futuro, que desarrolle más su perfil productivo y comercial y con más oportunidades.
El 2020 nos dejó el mensaje de que nadie se salva solo, y que en las situaciones más complejas es cuando más diálogo y más unidos tenemos que estar. Desde acá trabajaremos fuertemente para que el 2021 sea el año del encuentro, del empleo y de la educación!