¿Qué impacto tiene Elon Musk en el medio ambiente?

¿Qué impacto tiene Elon Musk en el medio ambiente?

El hombre más rico del mundo está a punto de incorporarse a la Administración Trump, donde se encargará de reformar la función pública y recortar el gasto estadounidense. Esta función política, ¿es una buena noticia para el Planeta?

Ya era el hombre más rico del mundo según las últimas estimaciones. Ahora es uno de los más poderosos de Estados Unidos. Tras una decisión de Donald Trump, Elon Musk va a crear y dirigir un departamento para la eficacia de los servicios públicos. Es mucho poder, dadas sus ambiciones declaradas de hacer recortes en la administración, además de las muchas funciones que ya ocupa. En un momento en el que la COP 29 se está celebrando en Azerbaiyán, y la elección de Trump está causando gran preocupación entre los ecologistas, la creciente influencia de Elon Musk en la política estadounidense no es necesariamente una buena noticia.

El hombre más rico del mundo dirige varias empresas muy grandes. La más conocida, SpaceX, es su empresa de lanzamientos espaciales.

Musk se felicita casi a diario en su red social X por la regularidad de los lanzamientos de sus cohetes. Estos están diseñados para recuperar el mayor número posible de componentes, y los lanzadores son devueltos a la Tierra y reutilizados para no producir demasiados residuos. Un buen argumento, a pesar de la desastrosa huella de carbono del negocio de los lanzamientos espaciales. En 2021, los especialistas estimaron que un vuelo privado en cohete para cuatro personas emitía entre 200 y 300 veces más dióxido de carbono que un vuelo de larga distancia.

Y eso sin contar la rama de SpaceX que opera como proveedor de Internet, Starlink. Esta proporciona una conexión por satélite de alta velocidad, por ejemplo, al ejército ucraniano o en zonas remotas.

Estos satélites son muy numerosos y forman verdaderas constelaciones. Hasta la fecha, Starlink ha lanzado 4.000 de ellos, y la empresa tiene autorización para lanzar 12.000 en los próximos años. El proyecto cuenta con un total de 45.000, una cifra astronómica. Tantos desechos acabarán inevitablemente cayendo de nuevo a la Tierra, provocando una contaminación para la que aún no se ha encontrado ninguna solución eficaz. Además, al regresar, estos satélites se queman en la atmósfera y, según un estudio de la Universidad del Sur de California, esta combustión produce gases nocivos para la capa de ozono.