Con más de 121.000 muertos desde el inicio de la pandemia de coronavirus, el PBI tocó su pozo histórico.
La economía de Brasil se derrumbó 9,7% en el segundo trimestre, la mayor caída de su historia, y entró en una recesión económica, comparado con los primeros tres meses de 2020, informó hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Con más de 121.000 muertos desde el inicio de la pandemia de coronavirus, el Producto Bruto Interno (PBI) tocó su pozo histórico en los meses de abril, mayo y junio, y el segundo trimestre llegó a los niveles más bajos desde que se inició el muestreo.
Comparado con el segundo trimestre de 2019, la caída es del 11,4 por ciento.
En el período del segundo trimestre y caída histórica de la economía brasileña, la ayuda aprobada por el Congreso y ejecutada por el Gobierno llegó a casi la mitad de la población brasileña sin ingresos, reduciendo a niveles inéditos la indigencia, aunque hubo un estallido de pérdidas de puestos de trabajo formales e informales.
El primer trimestre había caído 2,5 por ciento y, con este descenso en el segundo, Brasil, la mayor economía latinoamericana, está en recesión por los efectos inmediatos de la pandemia.
La anterior recesión había sido en 2015 y 2016, en el marco de una crisis económica, social y política vinculada originariamente a la caída del precio de las materias primas.
De acuerdo con el IBGE, el consumo de las familias y la inversión se desbarrancaron en el segundo trimestre.
El sector servicios, responsable por el 70 por ciento del valor agregado al PBI de Brasil, retrocedió 9,7 por ciento en el trimestre y la caída no fue mayor por el salto del comercio electrónico experimentado en las cuarentenas.
La industria retrocedió 12,3 por ciento, sobre todo por la falta de producción del sector automotriz y vestuario, mientras que el agronegocio, principal responsable por la generación de riqueza de Brasil, creció 0,4 por ciento.
La demanda de las familias se derrumbó 12,5 por ciento en el segundo trimestre, las compras del gobierno cayeron 8,8 por ciento y la inversión se redujo 15,4 por ciento.
Las importaciones cayeron 13,2 por ciento y las ventas externas crecieron 1,8 por ciento.
El Gobierno envió al Congreso el lunes el presupuesto para 2021 con una planificación para un ajuste de gastos y un crecimiento económico de 3,2 por ciento.
El equipo económico del ministro Paulo Guedes, de todos modos, calculó que Brasil apenas tendrá superávit fiscal a inicios de 2027: la última vez que se logró ese resultado fue en 2013, antes de la crisis que golpeó de lleno el gobierno de Dilma Rousseff, destituida en 2016.