El candidato demócrata obtuvo el triunfo decisivo en el estado de Pensilvania, que le permitió superar los 270 votos necesarios para tener la mayoría en el Colegio Electoral. Poco después se confirmó también su triunfo en Nevada, con lo que suma 290 electores. Sin embargo, el presidente Donald Trump aún no reconoció el resultado y buscará revertirlo en la justicia.
Tras más de cuatro días de un complejo recuento de votos, Joe Biden logró la victoria en los estados de Pensilvania y Nevada, lo que le otorgó un mínimo de 290 votos electorales, superando los 270 necesarios para consagrarse como presidente electo de Estados Unidos. Los resultados en estos estados fueron confirmados por la agencia AP y los principales medios de comunicación de Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Donald Trump está lejos de reconocer la derrota. Por el contrario, ha denunciado un fraude en los distritos más disputados e inició en ellos demandas judiciales. La disputa podría escalar hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Se trató de una elección cerrada y mucho más pareja de lo que habían previstos las encuestas. Biden se alzó con victorias en estados decisivos con muy pocos votos de diferencia. Desde el comienzo de la campaña, Trump había planteado objeciones sobre el sistema de votos por correo, que existe hace décadas en Estados Unidos pero que esta vez, ante las limitaciones para el movimiento que impone la pandemia de coronavirus, alcanzó un récord de más de 100 millones de sufragios anticipados por esa vía. Todos los analistas anticipaban que ese sistema sería fundamentalmente elegido por los votantes demócratas como finalmente sucedió. Por eso, al comienzo del conteo de votos presenciales, Trump apareció liderando en algunos estados que luego terminó perdiendo cuando se sumaron los votos recibidos por correo. Ahora se abre un compás de espera para que las cortes estatales y, eventualmente, la Corte Suprema, certifiquen el resultado electoral.
Pensilvania, que era la máxima obsesión del Partido Demócrata, pasó al campo de Biden el viernes a la mañana. Trump, que llegó a tener una ventaja de más de diez puntos, quedó por debajo de su rival tras el avance del procesamiento de los votos por correo. Pero Biden terminó imponiéndose en el estado por 49,7% a 49,2 por ciento.
Los demócratas tenían una idea fija desde el comienzo de la campaña electoral: reconstruir el “muro azul”, como se conoce a los estados en los que el partido ganó casi sin excepciones las elecciones presidenciales durante décadas. Tres ladrillos se cayeron de ese muro en 2016: Wisconsin, Michigan y Pensilvania. Tan segura estaba Hillary Clinton de que ganaba en los tres estados del Medio Oeste —como mostraba el promedio de las encuestas—, que ni se molestó en hacer campaña en ellos. Pero, para sorpresa de todos, Trump se impuso en el trío por un margen inferior al punto porcentual. Si hubiera ganado los 46 electores que reparten, Clinton habría sido presidenta.
Por eso, Biden se propuso retener los 21 estados en los que ganó la ex secretaria de Estado y recuperar aquellos tres. Con ese objetivo en mente, los visitó en varias oportunidades y cerró la campaña en Pensilvania, que es el que reparte más electores (20).
El recuento empezó muy mal para el candidato demócrata, con ventajas de Trump en los tres, que lo hicieron temer una repetición de la historia de 2016. Sin embargo, a medida que empezaron a pasar las horas y las autoridades fueron contando los votos por correo, el panorama cambió. Durante la madrugada del martes, Biden pasó al frente en Wisconsin y se confirmó su triunfo por 49,6% a 48,9 por ciento. El miércoles a la mañana, se sumó Michigan, con un margen mucho más holgado del que parecía posible un día antes: 50,6% a 47,9 por ciento. Ahora, tres días después, se confirmó con Pensilvania la reconstrucción del “muro azul”.
Además, sumó Arizona, un estado históricamente republicano, en el que Trump había ganado claramente sus 11 electores en 2016, y pasó al frente en el conteo en Georgia, otro estado rojo. Sin embargo, como la diferencia en este último es inferior a 0,5%, habrá un recuento para resolver quién se queda con sus 16 electores. Si se confirmara el triunfo de Biden allí y en Nevada, un estado tradicionalmente azul en el que está al frente por dos puntos, pero donde también quedan votos por contar, sumaría un total de 306 electores, el mismo número con el que ganó Trump en 2016.
De esta manera, el próximo 20 de enero Joseph Robinette Biden asumirá con 78 años como el segundo presidente católico en la historia de Estados Unidos, después de John F. Kennedy. Junto a él, asumirá la primera mujer vicepresidente, la abogada afroamericana, ex fiscal general de California y actual senadora Kamala Harris. Mucho se ha especulado con que, por su edad, el ex vice de Barack Obama aspiraría a un solo mandato como presidente, para después abrir paso a Harris.
Fuente: Infobae