La industria del transporte aéreo, y Air France en particular, está en plena ebullición desde la publicación de una investigación de Radio France en la que se ponían de manifiesto incidentes de violencia sexista y sexual entre el personal de la aerolínea francesa. El asunto ha llegado al gobierno francés, y la dirección de Air France ha sido convocada por el Ministro de Transporte el miércoles 19 de febrero. Para Marjolaine Vignola, abogada especializada en este tipo de violencia laboral, es difícil que las víctimas denuncien.
El sector aéreo se encuentra en aguas turbulentas y no ha escapado al movimiento #MeToo. Una investigación realizada por Radio France (servicio público radiofónico), publicada el 14 de febrero, apunta a actos de violencia sexista y sexual (VSG) en la emblemática aerolínea nacional Air France, especialmente entre sus tripulaciones de vuelo. Varias de las mujeres entrevistadas hablaron de la impunidad de que gozaban sus presuntos agresores: «la agresión y el acoso forman parte de la cultura de la empresa, se conocen y se valoran», según declaró una de ellas a Radio France.
Una investigación anterior del medio online Médiapart en 2020 demostró que la violencia sexual era tolerada, incluso trivializada, en Air France.
Entrevista con Marjolaine Vignola:
¿Es el sector aéreo especialmente vulnerable a este tipo de violencia debido a las especiales condiciones de trabajo?
Marjolaine Vignola: Sí, para una azafata de vuelo, las condiciones de trabajo implican promiscuidad física y un tipo particular de camaradería entre colegas. Sobre todo cuando el personal hace escala. Dormir en el mismo hotel, ir a tomar algo al bar… Son momentos informales, zonas grises con alto riesgo de acoso sexual, porque hay confusión entre lo profesional y lo privado.
A las víctimas les puede resultar difícil denunciar porque no quieren perder el trabajo de sus sueños. Por supuesto, viajar al fin del mundo es un trabajo de ensueño.
¿Las profesiones que siguen estando muy marcadas por el género, como la industria aeronáutica, son terreno abonado para este tipo de violencia?
Sí, existe una cultura empresarial con una jerarquía de puestos de trabajo, donde los puestos de responsabilidad suelen estar ocupados por hombres. Los puestos de trabajo siguen estando muy estereotipados. El propio trabajo, con su imagen de mujer trofeo y de azafata de uniforme sumisa y entregada, contribuye al nivel de riesgo.
¿Las víctimas de la violencia tienen miedo de denunciar?
Existe una importante “omerta” (ley de silencio), sin que nadie denuncie los hechos. Esto es indicativo del miedo que tienen las víctimas a las represalias de su empleador. El silencio imperante es sintomático de una cultura empresarial que tolera este tipo de comportamiento. La investigación de Radio France y la cobertura mediática darán sin duda esperanzas a las víctimas de que las cosas cambien.