Los centros de votación abrieron este domingo a la mañana. Más de siete millones de bolivianos están habilitados a votar.
Los centros electorales abrieron esta mañana en Bolivia para elegir presidente y otros cargos, como corolario de un proceso atravesado por la crisis económica y el coronavirus, en el que se enfrentan en un clima tenso varios candidatos que representan sustancialmente dos modelos antagónicos de país: uno estatista y plurinacional y otro neoliberal y de élites.
Un total de 7.332.925 bolivianos están habilitados para votar en estos comicios en el que el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, aparece en los sondeos como el probable ganador, aunque deberá alcanzar el 40% de los votos con 10 puntos de diferencia de su seguidor para ganar directamente en esta primera vuelta.
En caso de ir a segunda vuelta, convocada para el 29 de noviembre, las chances del MAS de volver al gobierno son menos ciertas.
Tal como en las frustradas elecciones del año pasado, el segundo en las intenciones de voto es el expresidente Carlos Mesa, candidato de Conciencia Ciudadana, un liberal moderado que representa a las élites del oriente boliviano.
Y el tercero, que puede incidir en el resultado, es el exprefecto de Santa Cruz de la Sierra Luis Fernando Camacho, que se postula por Creemos y representa a la derecha más radical y elitista.
El resto de los candidatos son Chi Hyun Chung, del Frente para la Victoria; Feliciano Mamani, del Partido Acción Nacional Boliviana, y María de la Cruz Bayá, de Acción Democrática Nacionalista.
El presidente depuesto, Evo Morales, anunció que seguirá la elección en su domicilio en Buenos Aires, y no podrá votar debido a la inhabilitación impuesta por el Gobierno de facto que encabeza Jeanine Áñez.
En medio de este clima de polarización política, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ratificó ayer que no utilizará el sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre) y únicamente se remitirá al cómputo oficial.