En la asunción, el presidente de El Salvador defendió el rol del Estado presente.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, tomó posesión hoy de su segundo mandato, destacó los logros de su guerra contra las pandillas y prometió combatir en su nuevo periodo la “mala economía”. Para ello, le pidió a sus ciudadanos “no escuchar a los enemigos del pueblo” y “defender a capa y espada todas las decisiones que tome su Gobierno”.
Pese a que la Constitución de El Salvador prohíbe la reelección presidencial desde 1983, el Tribunal Supremo Electoral avaló la postulación del mandatario en noviembre. Como resultado, Bukele ganó las elecciones presidenciales de su país en febrero con un más del 85% de los votos, lo cual le entregó una mayoría casi absoluta en la Asamblea Legislativa con 58 de 60 diputados.
En su discurso, el mandatario contó una parábola sobre un hombre con una enfermedad terminal que solo después de ver a muchos médicos que “le mintieron y estafaron” logró dar con uno que logró curarlo. De igual forma, Bukele celebró que El Salvador “se curó” de la enfermedad de las pandillas gracias a la “receta” de su Gobierno y apuntó contra la oposición, “numéricamente insignificante pero rabiosa, que sigue defendiendo una institucionalidad y una democracia que solo dejó hijos asesinados”. En ese sentido, aseguró que “curará” los problemas restantes del país, como “la mala economía”, y pidió defender las medidas del Gobierno.
Para cerrar su discurso, el presidente salvadoreño se dirigió a sus seguidores congregados en la plaza y les hizo “jurar”: “Defender incondicionalmente nuestro proyecto de nación, siguiendo al pie de la letra cada uno de los pasos, sin quejarnos, pidiendo la sabiduría de Dios para que nuestro país sea bendecido de nuevo con otro milagro. Y juramos nunca escuchar a los enemigos del pueblo”.
La gestión de Bukele ganó notoriedad a nivel mundial a partir de su lucha contra los grupos de pandillas que controlaban gran parte del país y que habían convertido a El Salvador en uno de los países más peligrosos del mundo. Sin embargo, sus políticas de seguridad fueron denunciadas por múltiples organismos de Derechos Humanos por detenciones arbitrarias y violencia policial.
El presidente Javier Milei participó de la ceremonia, al igual que el rey de España, Felipe VI, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, de Paraguay, Santiago Peña, de Costa Rica, Rodrigo Chávez, de Honduras, Xiomara Castro, y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas. A su vez, también asistieron representaciones de Chile, Uruguay, Perú, República Dominicana, Brasil, entre otros.
