El cambio climático asfixia al continente. Grecia lucha contra el fuego y los expertos advierten sobre graves riesgos a la salud.
Insoportable, extremadamente peligroso y con la convicción de que el cambio climático y sus dramáticas temperaturas llegaron para quedarse en la Unión Europea.
La ola de calor que afecta al sur de Europa avanza, con sus temperaturas de más de 42 grados y sus incendios devastadores hacia el norte. Se instaló en el sur del Mediterráneo francés al inicio de esta semana. Todos los hoteles con piletas de natación están desbordados, incluidos en Normandía, en plenas vacaciones de verano europeas.
Hay 10 departamentos franceses con alerta roja, donde el termómetro podría llegar a 40 grados el miércoles, en Córcega, Gard, Vaucluse, Var, Alpes Marítimos y Alpes de Hautes Provence.
Las temperaturas pueden superar los 40º. El calor durará al menos hasta agosto mientras miles de turistas cancelan sus vacaciones o cambian de destino ante las altas temperaturas.
Europa, el continente con el calentamiento más rápido del mundo, se prepara para la temperatura más alta de su historia en las islas italianas de Sicilia y Cerdeña, donde la Agencia Espacial Europea pronosticó este martes un máximo de 48 grados. Se espera que las temperaturas alcancen los 43 grados en Roma.
“La ola de calor en el hemisferio norte se intensificará esta semana, con un aumento de las temperaturas durante la noche y un mayor riesgo de ataques cardíacos y muertes”, dijo John Nair, un meteorólogo de la ONU.
“Las temperaturas en América del Norte, Asia y en todo el norte de África y el Mediterráneo estarán por encima de los 40°C durante un número prolongado de días”, alertó la Organización Meteorológica Mundial.
El gobierno francés recomienda no salir entre las 11 de la mañana y las 6 de la tarde e hidratarse en los lugares donde el termómetro pasa los 38 grados.
Grecia, Suiza y La Palma en las islas Canarias están sufriendo en estas horas las peores temperaturas e incendios.
La UE ha anunciado que contribuirá con la ayuda para combatir los incendios forestales en Grecia, después de que Atenas solicitó el apoyo de otros Estados miembros.