Con estos consejos para saber de qué calidad es una cerveza, podrás ser tú mismo quien califique los diferentes estándares de la bebida favorita de muchos.
No hay nada mejor que la llegada del fin de semana para disfrutar de una cerveza helada en la tranquilidad de tu casa o en compañía de tus mejores amigos. Sin embargo, este momento de goce se puede ver opacado por diferentes olores o sabores extraños al momento de tomar tu cerveza. Puede ocurrir que se haya “quemado” al momento de comprarla, llegar a casa y refrigerarla; o, en algunos casos, se pudo haber adquirido una cerveza de mala calidad.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de una cerveza de mala calidad?
En palabras sencillas, es detectar que en el proceso de producción no se cumplieron los estándares para crear un producto de calidad, lo cual se puede reflejar desde el etiquetado, así como en el color, en el olor o en el sabor de la bebida. Puede ser que “de mala fe” se haya vendido un producto imitado, creado con bajos estándares para evitar los precios de adquisición.
Sin embargo, con esta breve guía de tips para reconocer si una cerveza no es de buena calidad, podrás detenerte por un momento antes de consumir esta bebida y calificar por ti mismo la calidad con la que fue producida, distribuida y adquirida por el lugar en el que decidiste comprarla. Si bien, no es necesario que seas un experto de las cervezas, si es importante que al menos estés familiarizado con las que son de tu preferencia para calificar su calidad.
Tips para reconocer si una cerveza no es de buena calidad
1. Fíjate en las etiquetas
A pesar de ser un elemento decorativo, las etiquetas pueden decir mucho. Observa que estén bien pegadas y colocadas. Si observas que son fáciles de quitar o, bien, que al quitarlas no se queda algo de papel pegado a la botella, pueden indicar que no son de buena calidad. Asimismo, detecta con tus manos que la etiqueta tenga relieves y diferentes tipos de tinta, incluso que tenga reflejos metálicos porque hay botellas a las que se les pone una impresión que simulan el color.
2. Los datos deben corresponder
También revisa tanto en la etiqueta como en el contenido de la botella que la información corresponda con lo que pediste. Revisa el nombre de la cerveza con su tipo (clara, ámbar u oscura), así como la variante elegida (lager, ale, pale ale, pilsen, porter, stout, etc.). Ayudará mucho que estés familiarizado con el color, el olor y el sabor que debe tener la cerveza para detectar que no sea una imitación.
3. Observa el color
Otro truco es, antes de servir, gira la botella y regrésala a su posición original. Observa que suban burbujas hacia el cuello de la botella y, en segundo lugar, revisa que no caigan partículas hacia el fondo. De ser así, el producto no fue elaborado con suficiente calidad e higiene. También, al momento de servirla en un vaso de cristal, checa que haga espuma y, a pesar del color de la variante elegida, observa que no se vea turbia.
4. Siempre sírvela en un vaso
Puede ser que estés muy acostumbrados a beber la cerveza directamente de la lata o la botella; sin embargo, esta práctica hace que el producto pierda casi todas las cualidades que contiene. Al servirla en un vaso puedes rescatar algunos de los puntos anteriores para calificar su calidad y permitir que la propia cerveza se mezcle con sus sedimentos, al mismo tiempo que esto estimula nuestros sentidos.
5. Olerla y probarla
El olfato también es una herramienta útil a la hora de detectar la calidad de la cerveza, ya que puede percibir que los olores correspondan con la elección; si tiene un olor extraño puede ser un indicio de mala calidad. Asimismo, el sentido del gusto nos ayuda a detectar desde un pequeño trago inicial los diferentes sabores para identificar los ingredientes con los que está hecha. Si por alguna razón detectas un sabor a vinagre, también es un indicador de mala calidad.
Con esta sencilla guía de pasos podrás detectar si una cerveza es o no es de buena calidad. ¡Salute!