Está en una clínica de rehabilitación donde las enfermeras lo perfuman y le cantan sus canciones. Pero su mente no reacciona: sólo abre los ojos.
Este martes 11 se cumple un año de la caída de Sergio Denis del escenario del teatro Mercedes Sosa, en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Doce meses de angustia, vacío e incertidumbre, con cientos de preguntas y una sola certeza: no hay avances. Los doctores lo explican con la frialdad propia de sus partes médicos: “Su condición neurológica no presenta cambios significativos”.
En todo este tiempo, nadie se hizo responsable por lo sucedido en esa trágica noche. Pero lo que es peor: tampoco mostraron preocupación por la recuperación de Sergio. Además, como si fuera poco tanto sufrimiento, la familia del músico podría enfrentar un posible conflicto con la prepaga que se está haciendo cargo de su internación.
Enrique Hoffman, tal su nombre real, descansa en una de las habitaciones de la Clínica de Rehabilitación Integral ALCLA. Llegó ahí en mayo, luego de pasar un mes en el hospital Ángel C. Padilla de Tucumán y otro en el sanatorio Los Arcos, ya en Buenos Aires, donde fue trasladado utilizando un avión sanitario. En ALCLA, la misma clínica donde estuvo internado durante casi 4 años Gustavo Cerati, se trabaja en su rehabilitación.
Su cuerpo se mantiene algo frágil pero saludable, alimentado a través de una sonda. Los distintos especialistas lo someten a todo tipo de tratamientos, rutinas y ejercicios. Las enfermeras lo cuidan, lo limpian, lo atienden y son quienes se encargan de llevarle algo de alegría. Dicen que Sergio siempre está peinado y perfumado gracias a ellas, y que le cantan sus canciones improvisando coros a los pies de su cama.
Sergio está pero no está. O como explicó Carlos, su hermano: “Abre los ojos y nada más. No está conectado con la realidad y nadie sabe qué pasa dentro de su cerebro”. Por su habitación se suceden los seres queridos del músico. Sus dos hermanos, sus tres hijos, su exmujer y algunos viejos amigos. Todos forman parte de un grupo de WhatsApp en el que comparten todo lo relacionado con el artista. Le hablan, lo alientan, lo abrazan.
“Las fechas especiales son las más difíciles, las más dolorosas”, reconoce Diego Colombo, su abogado, el hombre que lo ayudó a salir de la quiebra financiera que enfrentó en los años noventa, su amigo de toda la vida. Diego era uno de los más optimistas respecto a la posible recuperación de Sergio. Incluso contó emocionado que había detectado una lágrima cayendo por el rostro del cantante. Hoy mantiene la ilusión pero siente que necesita hacer algo más que esperar.
Sergio Denis enfrentó varios momentos dramáticos a lo largo de su vida, desde la quiebra y la pérdida total de su patrimonio (le tomó más de 15 años devolver el dinero) hasta un infarto que lo dejó sin signos vitales durante 17 minutos en una clínica del Paraguay. En el medio, la pérdida de su voz por estrés, una detención por presunta estafa, la decisión de internarse durante 30 días por depresión en un neuropsiquiátrico y otros episodios que lo marcaron para siempre.
“El hombre de las mil batallas”, como lo bautizaron, hoy enfrenta una de la que nadie sabe si podrá salir.