Tony Janzen Valverde Victoriano, de 20 años, fue señalado como el capo narco que ordenó el asesinato de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. Mientras continúa prófugo, la Justicia emitió pedidos de captura internacionales y ya hubo nuevas detenciones vinculadas al caso
La investigación por el brutal triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez sumó un giro clave en las últimas horas. Las autoridades identificaron a Tony Janzen Valverde Victoriano, de 20 años y oriundo de La Libertad (Perú), como el líder narco conocido bajo el alias de “Pequeño J”, a quien señalan como presunto autor intelectual del crimen.
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Valverde Victoriano intentó abandonar el país, lo que motivó que se difundieran públicamente su identidad y su imagen. Un operativo realizado el miércoles en el barrio Zavaleta de la Ciudad de Buenos Aires no logró dar con el sospechoso, quien ya se habría fugado de la zona.
En paralelo, se emitió una circular roja de Interpol contra Matías Agustín Ozorio, de 28 años, considerado la mano derecha de “Pequeño J” e imputado como coautor del triple homicidio. Según el fiscal Gastón Duplaá, a cargo de la Fiscalía N° 2 de La Matanza, el crimen fue cometido con alevosía, ensañamiento y violencia de género, al aumentar deliberadamente el sufrimiento de las víctimas.
La investigación judicial, ahora en manos del fiscal de Homicidios Adrián Arribas, determinó que Ozorio estuvo presente en la casa de Florencio Varela donde, junto a otros cuatro acusados ya detenidos, se produjeron los golpes, cortes y agresiones que terminaron con la vida de las tres jóvenes.
Además, en Bolivia fue arrestado Lázaro Víctor Sotacuro, un ciudadano boliviano con DNI argentino señalado como uno de los conductores que colaboraron en el traslado de las víctimas. El detenido había cruzado desde La Quiaca hacia Villazón, donde fue localizado en un hospedaje y puesto a disposición de la Justicia. Se espera su inminente traslado a Buenos Aires.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, sostuvo que el crimen habría sido ordenado por “Pequeño J” como un mensaje interno hacia las líneas medias de la organización narcocriminal. La búsqueda del prófugo continúa con prioridad nacional e internacional.
