El Estadio Único de La Plata Diego Armando Maradona estuvo colmado. El líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota estrenó tres canciones y puso su voz en muchas otras.
La participación virtual de Carlos “El Indio” Solari, que estrenó tres canciones, además de poner su voz en otras tantas, coronó una memorable noche para los fieles ricoteros, quienes tuvieron así una celebración total con los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Además de la estelar presencia de su máximo líder. El repertorio reunió 14 clásicos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, sobre un total de 31 composiciones, que se completaron con obras de la etapa solista del Indio.
Todo eso en manos de una ajustada y potente banda conformada por Gaspar Benegas y Baltasar Comotto, en guitarras; Pablo Sbaraglia, en teclados y guitarras; Fernando Nalé, en bajo; Ramiro López Naguil, en batería; Miguel Ángel Tallarita, en trompeta; Sergio Colombo, en saxo; y Luciana Palacios y Deborah Dixon, en coros.
Esto ocurrió en la primera de las dos fechas del espectáculo “La vuelta al condenado paraíso”, con el que la banda retoma la presencialidad, luego del histórico concierto por streaming “A los pájaros” que protagonizó en abril pasado.
El resto de las dos horas y media de concierto tuvo el protagonismo de Los Fundamentalistas, siempre con el espíritu del Indio sobrevolando; y del enfervorizado público, que llegó cantando al estadio, coreó cada uno de los temas del show y se retiró en medio de cánticos.
Tras una previa del público, que había comenzado en los alrededores del estadio, en la que fundamentalmente se vitoreó a Los Redondos, pero también se recordó a Maradona y hasta se cantó la marcha peronista y se reeditó el hit de algunos veranos atrás que insultaba al expresidente Mauricio Macri, las pantallas apostadas al fondo del escenario anunciaron el inicio del concierto.
Una recorrida visual por viejos conciertos del Indio y Los Fundamentalistas, y los consecuentes rituales de los seguidores, precedieron al arranque con “Había una vez” y “El charro chino”, que prepararon el terreno para un primer repaso ricotero con “Toxi taxi”, “Un ángel para tu soledad” y “Mi perro dinamita”.
Entre los clásicos de Los Redondos sonaron, entre otros, algunos infaltables como “Juguetes perdidos”; otros entrañables como “Canción para náufragos”, “Ñam fi frufi fali frú” y “Aquella solitaria vaca cubana”; vibrantes piezas como “Maldición va a ser un día hermoso” y “Nadie es perfecto”; inéditas como “Mi genio amor” y “Un tal B.B.”; festivas como “Mariposa Pontiac/Rock del país”; y gratas sorpresas poco revisitadas como “Alien duce”.
Entre las canciones pertenecientes a la etapa solista del Indio, aparecieron algunos clásicos como “El tesoro de los inocentes”, “To beef or not to beef”, “¿Por qué será que Dios no me quiere?” y “Amenesia”.
Pero también se mostraron canciones de “El ruiseñor, el amor y la muerte”, último disco que nunca presentó en vivo, como el caso de la canción que da nombre al álbum, “El tío Alberto en el día de la bicicleta”, “La pequeña mamba” y “A bailar que no hay infierno”.
En esta liturgia, obviamente, no podía faltar el cierre con “Ji ji ji”, aunque solo del concierto, porque la celebración seguía a la salida del estadio y prometía extenderse. Tal vez tanto como para llegar hasta la nueva función que Los Fundamentalistas darán esta noche, en una fecha añadida al agotarse las localidades para anoche.