El próximo 11 de enero, día en el que se sorteará el fixture del próximo torneo de Primera División, el presidente de la entidad estará por primera vez cara a cara con el grupo que busca desestabilizarlo
La sede de la Liga Profesional en Puerto Madero fue el escenario de un nuevo capítulo de las internas en el fútbol argentino. Representantes del grupo de clubes que pide la remoción de Marcelo Tinelli como titular de la entidad se hicieron presentes para avanzar con la iniciativa, aunque el conductor (que acusó a los impulsores de intentar un “golpe institucional artero) recién podrá tenerlos cara a cara el 11 de enero, cuando se desarrolle el cónclave formal en respuesta a la solicitud elevada por los “rebeldes” el pasado 24 de diciembre.
La novedad en el encuentro fue la aparición de Juan Román Riquelme, vicepresidente de Boca, en representación de su institución. Román fue el primero en abandonar la reunión, en la que le dio su impulso a la intención. En principio, eran 15 los clubes detrás del pedido de remoción de Tinelli, amparados en el Artículo 16 Inciso 8 del Reglamento General de la LPF, que habilita al Comité Ejecutivo -en caso de tener mayoría- al cambio de autoridades. Hoy, aseguran sus integrantes, ya son 18, con Cristian Malaspina (presidente de Argentinos Juniors) y Hernán Arboleya (vice de Lanús) como voceros. Ofrecen como argumentos las ausencias del conductor en las reuniones o entrega de premios. Desde la conducción de la Liga ven detrás del grupo desestabilizador la mano de Claudio Tapia, titular de la AFA, que ahora tiene a Barracas Central, el club que lo impulsó en Primera División.
Independiente, Aldosivi, Gimnasia, Estudiantes, Godoy Cruz, Rosario Central Huracán, Defensa y Justicia, Arsenal, Colón, Platense, Sarmiento y Central Córdoba de Santiago del Estero habían acompañado la primera misiva, junto con los citados Argentinos y Lanús. A ellos se sumó, como quedó claro, Boca.
Tinelli se encuentra en Punta del Este, descansando junto a su familia. Cuando surgió la iniciativa para removerlo, respondió con una carta. “En los últimos días hemos asistido -con sorpresa e incredulidad- a un movimiento iniciado por algunos clubes, ciertos de éstos maliciosamente inducidos a partir de información falsa e incorrecta, que se arrogan la representación del conjunto de las instituciones que integran la Liga Profesional de Fútbol. Este grupo reducido nunca me manifestó sus diferencias en forma personal, ni las planteó institucionalmente, en un debate con sus pares en las reuniones de Comité Ejecutivo de nuestra Liga, que es el lugar en donde deben plantearse las diferentes cuestiones que atañen a nuestra actividad. Por mi formación y mis valores, considero a la desestabilización institucional un golpe artero, no sólo a las autoridades que fueron legítimamente electas en forma oportuna, sino también a la vida de la organización que se trata de violentar. No comparto los métodos ni los valores de las personas que llevan adelante esta aventura, y creo firmemente en la democracia en todos los niveles de nuestra vida institucional y en la legitimidad que deben tener quienes nos representan”, rezaba el texto, en el que terminó convocando a la reunión el 11 de enero en el hotel Hilton, inmediatamente después del sorteo del fixture del torneo de Primera División.
Tras este último cónclave no hizo declaraciones. Y evaluará en su intimidad los pasos a seguir en un fútbol argentino que, más allá de declamaciones, sigue sin encontrar paz.
Fuente: Infobae