A nueve fechas del inicio del campeonato, Colón no termina de hacer pie en el campeonato de la Primera Nacional. Séptimo en la tabla, el equipo de Ariel Pereyra sumó dos derrotas al hilo que lo obligan no sólo a ganar, sino a mejorar su imagen.
Por Mario Demonte
No hay dudas que el partido del lunes ante San Telmo marcará un punto de inflexión. Las dos derrotas al hilo, ante Gimnasia de Jujuy y Agropecuario, hicieron mella en el “mundo Colón” y sólo una victoria ante el Guapo servirá para aplacar los ánimos a diez fechas del inicio del campeonato.
Pero además del resultado, importante sin dudas, el equipo de Ariel Pereyra deberá también mostrar una imagen convincente desde su funcionamiento, algo que en lo que va del torneo dejó a cuentagotas y que los triunfos logaron maquillar.
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Si bien ante Agropecuario generó más situaciones de las que había generado en partidos anteriores, no menos cierto es que el juego sigue en deuda.
Con varios “soldados” caídos –se confirmaron los desgarros de Christian Bernardi y Joel Soñora, que encienden la luz de alterta en el aspecto físico–, el DT deberá pensar un equipo que asuma el protagonismo y tenga, como única bandera, la búsqueda del triunfo.
Para ello, Colón deberá volver a ser confiable defensivamente, como en los primeros partidos de la temporada donde prácticamente no le generaban situaciones, pero agregarle “fútbol” del mediocampo hacia adelante.
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En ese punto ha estado el gran talón de Aquiles del conjunto Sabalero, que prácticamente no ha podido convencer desde el funcionamiento a lo largo de los nueve fechas de una durísima Primera Nacional y ha desperdiciado más de lo que ha aprovechado a un delantero de la jerarquía de Emmanuel Gigliotti, que así y todo se las ingenió para aportar 4 goles.
En síntesis, ante San Telmo, el elenco rojinegro tendrá la urgencia no sólo de volver a ganar, sino de mostrar en el desarrollo un rendimiento que lleve tranquilidad a todo el “mundo Colón” para dar vuelta la página y acomodarse nuevamente en la tabla antes que sea demasiado tarde. Todo lo demás, es conocido.