El equipo de Andrés Yllana derrotó 1 a 0 a Talleres de Remedios de Escalada con gol de Federico Jourdan sobre el final y cortó una racha de siete fechas sin victorias y seis derrotas al hilo.
Por Mario Demonte
“Las rachas están para cortarlas”, reza el refrán. Pero para Colón, cortar la racha negativa que arrastraba no fue tarea sencilla. Ni siquiera este domingo.
Es que el conjunto Sabalero debió sufrir, primero, para volver a sonreir, después. No porque el partido haya sido de riesgo para Colón, sino por el contexto, la coyuntura.
Si basta con decir, por ejemplo, que entre el humo rojo y negro que recibió a los jugadores, se leyó un “trapo” con la inscripción: “Estén a la altura de la gente”. A buen entendedor, pocas palabras.
En ese escenario, con presiones lógicas, propias de un equipo de la talla de Colón, los jugadores –y también el DT–, ganaron un partido chivo, de esos que, normalmente, son un punto de inflexión, más teniendo en cuenta el cómo.
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Después de un primer tiempo donde casi no hubo situaciones –Colón tuvo un remate de Gallay y otro de Lago– y trámite fue parejo, tirando a aburrido, Colón justificó el grito de gol en una segunda parte donde, primero acertó Yllana con los ingresos de Barreto, Yunis y Jourdan, y el equipo empujó, como pudo, para quedarse con todo.
De hecho, en el complemento, Colón generó más situaciones –por lo menos fueron cuatro más el gol– que en los últimos dos partidos y terminó mereciendo lo que se llevó, ante un rival que consumió minutos haciendo tiempo con el aval de un árbitro del montón, como Yamil Possi.
Quedan muchas cosas por corregir para Andrés Yllana, pero Colón necesitaba ganar para volver a creer y en un partido de clima caliente adentro y afuera de la cancha, tuvo el carácter para sacarlo adelante.
Ahora, será tiempo de que el equipo mejore futbolísticamente y nada mejor que trabajar con el respaldo de un triunfo, que más que triunfo fue un desahogo.