Después de la derrota ante Talleres de Remedios de Escalada, un grupo de hinchas estuvo en el Predio 4 de Junio y se produjo un enfrentamiento con la policía. Al mismo tiempo, unos 300 socios y simpatizantes llegaron a la sede, donde también se reforzó la seguridad y se produjeron incidentes.
Colón se desangra. Se desangra adentro de la cancha y se desangra afuera. Se desangra deportivamente y se desangra institucionalmente.
Con un equipo que se arrastró a lo largo de casi todo el campeonato y una primera línea dirigencial que erró en el 99,9 por ciento de sus decisiones, el final no podía ser otro.
Futbolísticamente, con un Colón que a tres fechas del final del torneo no pudo asegurar su plaza en la Primera Nacional y, dirigencialmente, con un presidente, Víctor Godano, que eligió el silencio y la ausencia en el momento más crítico.
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Por eso, lo que ocurrió este lunes post derrota ante Talleres de Remedios de Escalda no puede sorprender a nadie, más allá de que muchos subestimaron el sentimiento del hincha.
La tarde arrancó con una manifestación por parte de un grupo de hinchas en el Predio 4 de Junio, donde se produjeron incidentes con la policía que dispersó a los simpatizantes con balas de goma.
Al mismo tiempo, entre 250 y 300 socios e hinchas llegaron a la sede, algunos de los cuales pudieron ingresar a las instalaciones exigiendo explicaciones a la CD, representada por el secretario del club, Pedro Paseggi, y José Pissarello.
Ahora, con un “mundo Colón” decididamente convulsionado, Godano y cía, Medrán y cía deberán tomar nota: La paciencia del socio y el hincha se acabo. No hay retorno.
