El conjunto sabalero fue más que el tallarín que le ganó 1 a 0 con gol de Girotti cuando se moría el primer tiempo.
Colón quedó eliminado de la Copa Argentina al perder por 1 a 0 con Talleres de Córdoba en el estadio Marcelo Bielsa de Rosario.
El primer tiempo se jugó en medio de un clima enrarecido con interrupciones constantes provocadas por la barra de Colón ubicada en una de las cabeceras: explosiones de bombas de estruendo, pirotecnia in situ, trepadas por el alambrado y terror entre los hinchas comunes fueron las postales del período, con el árbitro Maximiliano Ramírez dialogando con personal de seguridad, capitanes y demás.
El colmo llegó cuando, mientras una facción de la parcialidad sabalera colocaba una bandera en su lucha interna con otro grupo antagónico, los mismos jugadores le pedían calma de cara al público. El hito del trapo pareció apaciguar los ánimos y, por fin, fue la hora del fútbol. Alexis Sabella fue el primero en darle trabajo a Guido Herrera pero a los 48, en medio del breve tiempo adicionado para lo que fueron los parates, un córner desde la izquierda de Marcos Portillo fue cabeceado al segundo palo por Federico Girotti, pese a que lo tomaba Facundo Castet.
En una noche de discusiones, ese agarrón en la misma acción del gol encendió los ánimos que se acentuaron en el complemento cuando reclamaron un penal de Paolo Goltz. Más cerca del final, Herrera frustró a Ignacio Lago y Girotti desperdició el segundo con una palomita fallida. A los 49, en tensión creciente, el ingresado rojinegro Javier Toledo se peleó con todos y se ganó la roja, antes de que todo el equipo de Iván Delfino se quejara con Ramírez por no adicionar más minutos.
Mientras, los de Walter Ribonetto eran pura alegría de cara a su gente, ya instalados en la próxima fase a la espera de conocer a su próximo escollo el 19 de junio.