El discurso del presidente Javier Milei brindó ante la cumbre del Mercosur un fuerte discurso sobre las tensiones y desafíos que enfrenta el bloque regional, donde exigió flexibilización comercial y reclamó una condena al régimen de Nicolás Maduro en Venzuela. “¿Queremos un Mercosur que sea un motor de crecimiento o un freno para el futuro?“, planteó.
Milei sostuvo que el Mercosur no cumplió sus objetivos fundacionales. “Nació con una misión clara de promover el comercio, aumentar la prosperidad, integrar mercados y elevar la competitividad de nuestras sociedades. Y ninguno de esos objetivos centrales se cumplió”, expresó. Enumeró: “No hay mercado común, no hay libre circulación efectiva, no hay coordinación macroeconómica, no hay armonización normativa real, no hay incremento significativo del comercio interno, no hay apertura suficiente al mundo”.
Milei cuestionó el funcionamiento interno del bloque. “Sí hay una burocracia sobredimensionada e ineficaz que se expandió sobre sí misma”, señaló. Y agregó: “La realidad no se discute, se mide”.
Según indicó, “el comercio intrazona como proporción del comercio total se encuentra hoy muy por debajo de sus niveles históricos”, pese a que “los aranceles externos del Mercosur están entre los más altos del mundo”. En esa línea, afirmó: “Un arancel así no protege el empleo, lo destruye”.
También pidió una reforma institucional. “Hoy más que nunca, el bloque necesita una reforma integral que reduzca el costo económico del Mercosur”, afirmó. “La integración debe estar al servicio del comercio, no al servicio de la burocracia”, insistió.
El mandatario defendió la flexibilización como eje de crecimiento. “La flexibilidad es un activo, no una amenaza”, afirmó, y agregó que “la rigidez solo puede traer estancamiento”. Señaló que el bloque avanzó “bajo distintas modalidades de flexibilización” y advirtió: “Pretender congelar esa dinámica sería condenar al bloque al anacronismo”.
Al referirse a la relación con la Unión Europea, Milei habló de “lentitud” y sostuvo que “tras décadas de negociaciones no hemos podido terminar de materializar un acuerdo comercial”. “Nuestros países no tienen diez años más para desperdiciar en discusiones administrativas”, expresó.
