Nicolás Maduro juró este 10 de enero como presidente de Venezuela para su tercer mandato consecutivo, entre acusación de fraude y aislamiento internacional, pero con el apoyo de los militares y el resto de los poderes del Estado a sus pies. La oposición denunció un “golpe de Estado”.
“Juro” que “este nuevo período presidencial será el período de la paz”, prometió Nicolas Maduro. ” ¡Lo juro por la historia, lo juro por mi vida, y así cumpliré!”, añadió. “Queda usted investido en el cargo de presidente constitucional”, respondió el presidente del Parlamento, el dirigente chavista Jorge Rodríguez.
Maduro calificó su juramentación de “gran victoria de la democracia venezolana”. “Digan lo que quieran decir, hagan lo que quieran hacer, pero esta toma de posesión (…), constitucional, no la pudieron impedir y es una gran victoria de la democracia venezolana (…). Paz, paz, paz . No pudieron ni podrán”, afirmó Maduro, quien se dijo blanco de una “conspiración” de “Estados Unidos y sus satélites y esclavos en América Latina y en el mundo”.
En los alrededores del legislativo y el resto de los poderes públicos, en el centro de Caracas, el ya masivo aparato de seguridad fue reforzado. Venezuela además ordenó hasta el lunes el cierre de su frontera terrestre y espacial aérea con Colombia, tras enterarse de una supuesta “conspiración internacional”.
“Golpe de Estado”
La oposición, que reclama un triunfo del exiliado Edmundo González Urrutia sobre Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio, calificó enseguida de “golpe de Estado” la juramentación del gobernante socialista.
“Con la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro (…), apoyado por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular expresada contundentemente el pasado 28 de julio, se ha consumado un golpe de Estado”, dijo en un comunicado la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria. “González Urrutia es quien debe ser juramentado”, agregó, anunciando que ahora “comienza una nueva fase en la lucha por la democracia”.